José Carlos Rodríguez
Santiago de Compostela, 18 nov (EFE).- El cineasta Albert Serra asegura que su última película 'Tardes de soledad' va sobre "la injusticia de la belleza y la belleza de la injusticia", dos ideas que están en el mundo de la tauromaquia, un rito que identifica con lo "crepuscular" pero también con lo "poético" y que responde a una gran dualidad.
El documental, que sigue los pasos del torero Andrés Roca Rey en los preliminares de las corridas pero también en el ruedo, en los momentos posteriores y en todos los ritos y personajes que giran alrededor del toro de lidia, obtuvo la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y aunque no se estrenará en salas convencionales hasta el próximo año, se ha proyectado en Santiago, en el marco del festival Cineuropa.
Ni la película ni su director están exentos de polémica. Serra es casi sinónimo de ella y la película, debido a su controvertido tema, ha suscitado opiniones de todo tipo, ya que da pie a argumentos tanto a favor como en contra de la tauromaquia.
Sin embargo, en un coloquio posterior a la proyección, el cineasta ha dicho que el mundo de los toros no le interesa "nada" y que solo quería ver qué descubría con la cámara, tener acceso "privilegiado" a algo "íntimo e inédito", que está a punto de terminarse pero que es muy real.
"Muchos pueden pensar que los diálogos de esta cuadrilla son los de unos locos o fanáticos o los de unos visionarios. No se sabe exactamente, pero la palabra que aparece más en esta película es, en primer lugar 'cojones' y en segundo lugar 'verdad'", ha declarado Serra.
Precisamente, ha agregado, la sociedad va a en "la dirección opuesta" a la tauromaquia, de manera que aparecen esos elementos que rápidamente se pueden identificar con la "decadencia" del espectáculo y que son los que tienen "mayor interés".
Ahora bien, ha revelado que tanto a Roca Rey como a su cuadrilla "no les gusta" que esto se diga y además ha reconocido que al torero no le agradó el resultado final y le pareció una "traición".
"Les tengo mucho respeto y les acabé teniendo mucho cariño. Además pienso que el mundo es mejor con corridas que sin ellas", ha afirmado Serra, que lamenta que Roca Rey no quedara conforme.
Según ha explicado, esto se debe a que e documental está hecho con "honestidad" y "sin filtros", con unos diálogos y unos gestos que son, simplemente, lo que la cámara ha conseguido mostrar en años de rodaje.
"Yo no había escuchado los diálogos, lo hice después, en el montaje. Ellos tienen la cámara delante y les da igual", ha declarado Serra, que opina que esta película "solo podría hacerse una vez" y "solo podría haberla hecho él".
"Era la película adecuada, en el momento adecuado y con la tecnología adecuada", ha señalado y ha asegurado que ningún otro director se atrevería a hacer lo que él ha hecho "y menos una directora".
Ahora bien, sí que ha reconocido que parte de la "generosidad" y la "inocencia", ya que para hacer un documental lo más importante es "convencer a la gente" de que te permitan filmar.
De la generosidad y de esa "traición" que no desmiente y que era necesaria para hacer una película "buena", que tiene muchas capas y que habla de la "soledad", la "belleza", la "muerte" o el "narcisismo".
"A mí los planos del toro muriendo me parecen muy bonitos. Se ve la presencia de la muerte de una manera casi física", ha expresado el cineasta.
También, ha dicho, este era el principal miedo para ellos, porque piensan que mostrar las imágenes mas violentas "no les iban a dar, precisamente, buena imagen".
"Yo creo que es para el bien de la tauromaquia", ha concluido Serra, que ha añadido que el ritual "no desaparece", sino que lo que está a punto de hacerlo es "su gente".
"Piensan que arriesgar la vida es dejar una huella. La simple conservación de la vida no vale", ha apuntado, de ahí "la trascendencia simbólica" de la película. EFE
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