Tablas góticas, Casas, Rusiñol, Solana o Regoyos brillan en un antiguo hospital barcelonés

El museo en el antiguo Hospital de Sant Sever revela la colección Casacuberta-Marsans, con obras de maestros góticos y contemporáneos y aspira a convertirse en centro de investigación artístico y cultural

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Jose Oliva

Barcelona, 17 nov (EFE).- Un antiguo hospital del siglo XV en pleno barrio gótico de Barcelona alberga desde esta semana un espacio museístico con la colección Casacuberta-Marsans, que incluye medio centenar de obras de maestros medievales y óleos del cambio de siglo XIX-XX, de artistas como Casas, Rusiñol, Zuloaga, José Gutiérrez Solana o Darío de Regoyos.

El nuevo espacio artístico, situado en los números 19 y 21 de la calle de la Palla de Barcelona, se podrá de momento ver solo en visitas concertadas, explica en una entrevista con EFE Álvaro Casacuberta Marsans, uno de los hijos de la familia coleccionista, propietario de numerosos palacetes y hoteles en el centro de Barcelona.

El edificio, conocido como Hospital de Sant Sever, que perteneció durante siglos al Obispado de Barcelona y que fue fundado por el presbítero de la Catedral de Barcelona Jaume Aldomar en 1412, está catalogado como bien cultural de interés local.

Uno de sus anteriores propietarios, el promotor Josep Maria Sesplugues, proyectó un hotel de lujo, pero nunca prosperó la iniciativa hasta que hace unos diez años el antiguo hospital fue adquirido por la familia Casacuberta Marsans, que ha afrontado la restauración del inmueble en los últimos cuatro años, el último de ellos dedicado exclusivamente a la museografía.

El espacio, sin carteles ni luces que lo anuncien por fuera, despliega en su interior un total de 46 piezas, entre pinturas, esculturas y objetos religiosos, distribuidas entre la planta baja, que ocupaba en gran parte la capilla del antiguo hospital, y la cripta subterránea, que se completan con una primera planta, destinada a oficinas.

Tras una instalación en la primera sala lateral, en la entrada del edificio, en la que se exhiben marcos hispánicos de cuadros de los siglos XVI al XVIII, el itinerario, que no sigue un orden enciclopédico ni cronológico, continúa con una tabla de Joan Matas, pintor catalán, gran exponente del gótico internacional, que procede del Santuario de Santa María de Peñafiel (Valladolid) y que está dedicada a Santa Lucía.

Frente a esa pieza destaca otra tabla gótica, atribuida a Lluís Borrassà, que procedía del monasterio de Santes Creus y que durante muchos años estuvo en colecciones norteamericanas, pero la 'joya de la corona' en esta planta es el Tríptico de la Lamentación.

Esta obra del conocido como Maestro de la Leyenda de Santa Lucía, de entre 1480 y 1485, del que solo se sabe que fue un pintor flamenco posterior a Van der Weyden y Jan van Eyck, entra en diálogo con una pequeña piedad del granadino Alonso Cano.

Ese diálogo también se establece entre dos obras de José Gutiérrez Solana, el maestro de la España negra y uno de los artistas más representados en la colección, del que se exhiben ahora 'Procesión con dos pasos' y 'Procesión en Toledo', primera procesión que pinta en 1907, que contrasta con un óleo de Casas de finales del XIX o una composición de una iglesia de Bruselas, de Darío de Regoyos.

De Solana, ya en la cripta, se pueden ver asimismo dos obras de temática taurina, 'Capea en Ronda' y el retrato del diestro Isidro Carmona, también llamado 'El Lechuga'.

En este espacio subterráneo, también se exhiben 'El juez de Zamarramala', de Ignacio Zuloaga, un raro paisaje parisino e invernal de Santiago Rusiñol, un retrato de Elisa Casas, viuda de Josep Codina, realizado por Casas, o 'La bordadora' (1923), de Maria Blanchard, en una vuelta al clasicismo tras el período cubista.

Los coleccionistas no se plantean una apertura abierta al estilo de un museo: "Queremos asegurarnos de que quien venga tenga el trato que debe tener con visitas muy tuteladas y reducidas, y tampoco descartamos visitas de escuelas o eventos con empresas", y para concertar las visitas se debe acceder a la página web del centro (www.hospitalstsever.com).

Además de la función divulgadora de la colección, el espacio aspira a ser también un centro de investigación y no se cierra a colaborar con otras instituciones artísticas públicas o privadas: "Trabajamos activamente en préstamos con museos siempre que lo solicitan, porque creemos que al final las obras tienen que estar en varios contextos y es enriquecedor para todos que se muestren al público".

La intención, subrayan los responsables del espacio, es que las piezas vayan rotando y cambiando a lo largo del tiempo para mostrar sucesivamente otras de las más de 400 piezas que conforman la colección, que ellos mismos califican de "transversal" y que siguen enriqueciendo con nuevas adquisiciones. EFE.

(foto)

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