Sagrario Ortega
Madrid, 17 nov (EFE).- Rigurosa, empática, profesional, valiente, libre, leal y feminista. Así era Margarita Landi, la primera mujer en España cronista de sucesos, "la rubia del velo y la pistola" que han retratado Javier Velasco Oliaga y Maudy Ventosa en un libro del que sus autores han hablado con EFE.
En coincidencia con el 20 aniversario de la muerte de "la dama del crimen", "la rubia del deportivo" o "el subinspector Pedrito", como la conocían los agentes de la Brigada de Investigación Criminal (BIC), Alianza Editorial ha publicado "Margarita Landi. La rubia del velo y la pistola".
Se trata de una original biografía de 64 pequeños capítulos para conocer la vida de una periodista que durante 25 años trabajó en El Caso, el más legendario diario español especializado en sucesos, y casi 10 en Interviu.
Fue Velasco quien hace tres años, en una visita a su amigo Joaquín Abad, uno de los directores de El Caso, se quedó sorprendido del amplio volumen de crónicas que había escrito Margarita Landi, de cuya vida personal, sin embargo, se sabía bien poco.
Contactó con las nietas de la cronista- una vive en un pueblo cercano Gijón y la otra en Inglaterra-, que le cedieron el archivo de su abuela, y después le propuso a Maudy Ventosa compartir el proyecto de esta biografía.
Ventosa reconoce a EFE que al principio fue un poco reacia a esa idea, porque de entrada no le apetecía el personaje de Landi que ella recordaba: el de sus últimos años en la televisión. "No me gustaba en absoluto, pero a medida que investigaba y buceaba en su vida, me fue atrapando". "Parece mentira que a una persona le puedan suceder tantas cosas y sea capaz de tirar para adelante con todo", apostilla.
En algo más de 400 amenas páginas y a modo de diálogos en primera persona, los autores han querido que fuera la propia Landi la que hiciera ese recorrido por su vida y sus crónicas a través de las conversaciones con un fotógrafo del diario.
Landi comenzó en el periodismo escribiendo crónicas de la alta sociedad. La casualidad hizo que tuviera que redactar un robo en la casa de un marqués y ese texto lo leyó Eugenio Suárez, director en 1952 de El Caso, un diario que acababa de nacer.
Suárez vio que Landi tenía "mano para escribir sucesos", como relata Velasco, y la fichó. La periodista, la única mujer durante años que escribía crónica de sucesos, seguía trabajando en la revista de moda por la mañana y por la tarde-noche aprendía todos los entresijos del crimen en la BIC.
En una época en la que imperaba la censura del franquismo, la que marcaba en rojo palabras tan comunes en los sucesos como 'semidesnudo' para cambiarla por 'semivestido', Landi iba sola hasta el pueblo más recóndito de la geografía española para cubrir el suceso.
Viajaba en tren, en autobús, en moto de 'paquete' si alguien la llevaba hasta el escenario del crimen, e, incluso, en burro. Lo que hiciera falta para llegar hasta el lugar y escribir las mejores crónicas, las que despertaron entre sus compañeros algunas "envidias" pero, sobre todo, mucho respeto.
Nacida en Madrid, en el castizo barrio de Chamberí, Margarita Landi tuvo una vida muy peculiar recogida en este libro, cuyos autores desvelan algún detalle de esa biografía, como la labor que la periodista hizo de acompañar a emigrantes españoles a Alemania.
Poco se sabe de los cuatro años que estuvo "desparecida". Todo parece indicar que se fue a Panamá y dejó a su hijo y su familia en España. Volvió y, por supuesto, siguió escribiendo.
En su bolso siempre llevaba una pistola, por si acaso, y un velo. Este último, para entrar en los funerales de las víctimas como muestra de respeto a las familias.
Landi -resaltan los autores- decía que reconstruir un crimen era como hacer un puzzle e ir encajando todas las piezas, pero también que había que llegar hasta el "corazón", hasta los motivos que llevaban a alguien a matar. Quería saber el porqué.
Por eso no sólo entrevistaba a los allegados de las víctimas, también a los del asesino. Y siempre con el máximo respeto hacia unos y otros. También, añaden los autores, con la mayor objetividad.
A pesar de la censura, "conseguía publicar lo que quería publicar". Tenía una manera de escribir muy directa, muy clara y sencilla, pero a la vez "muy novelesca. Y eso llegaba a la gente".
Tanto, que sus crónicas contribuyeron a la alfabetización en algunas partes de España. Porque hubo mucha gente que quiso aprender a leer para disfrutar de sus crónicas.
La pasión por su trabajo define a Margarita Landi, como también, según los autores del libro, todos estos calificativos: rigurosa, empática, profesional, valiente, leal, libre, feminista, sagaz, intuitiva, atrevida....
Y eso lo sabían los investigadores. Con su olfato para descubrir al criminal, la Policía contó con ella. Hasta llegó a hacer de "gancho" para atrapar a algún malo.
Margarita Landi fue un ejemplo para muchas mujeres que llegaron después, hizo lo que nadie se atrevía hacer en el momento que le tocó vivir, fue una mujer libre y tomó decisiones desde muy joven que otras personas no se hubiera atrevido a tomar. El libro desvela todo esto. EFE
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