Alicante, 15 nov (EFE).- La oruga barrenadora de las palmeras es el primer lepidóptero originario de zonas cálidas que puede sobrevivir a la congelación completa, una capacidad que podría facilitar la expansión geográfica de esta especie invasora, según un estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
La investigación sobre esta oruga, que ya afecta al Palmeral ilicitano, Patrimonio de la Humanidad, y a ejemplares de otros lugares de España y Europa, ha sido presentada en dos artículos publicados en la revista internacional Journal of Thermal Biology.
En ella se demuestra que este lepidóptero no solo es capaz de protegerse de temperaturas bajas, desplegando diferentes respuestas morfológicas y bioquímicas, sino que incluso sobrevive a periodos cortos de congelación.
Según un comunicado de la UMH, la oruga barrenadora de las palmeras (Paysandisia archon) es un insecto neotropical, endémico de Sudamérica, que en las últimas décadas ha llegado a Europa y Asia a través del comercio internacional de palmeras infestadas.
En España se informó de su presencia por primera vez en 2001 en Girona y alcanzó posteriormente la Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
Una de las consecuencias del cambio climático es que zonas geográficas tradicionalmente frías se están volviendo cada vez más cálidas. Por ello, la temperatura podría dejar de ser una barrera para los insectos plaga procedentes de áreas cálidas, particularmente aquellos que presentan tolerancia a temperaturas moderadamente bajas, como es el caso de la oruga barrenadora de las palmeras.
Los resultados del estudio muestran que, a bajas temperaturas, las larvas de Paysandisia archon reducen la cantidad de fluidos susceptibles a congelarse, endurecen su tegumento y aumentan los niveles de sustancias crioprotectoras endógenas como glucosa y glicerol.
Además, al analizar los límites térmicos de esta especie, los hallazgos indican que es capaz de sobrevivir y permanecer sin congelarse hasta temperaturas tan bajas como -6.5ºC.
Por otra parte, esta plaga también es capaz de sobrevivir periodos cortos de congelación completa, con tasas de supervivencia del 87 % después de una exposición a la congelación de 30 minutos y del 33 % para una exposición de una hora.
Los resultados obtenidos por la UMH representan la primera caracterización completa de la tolerancia al frío de este insecto plaga, lo que podría ser relevante para diseñar estrategias de control más efectivas.
En este sentido, los modelos de distribución geográfica deberían incorporar parámetros relacionados con su resistencia a las bajas temperaturas, con la finalidad de prevenir su expansión, tanto a nivel nacional como internacional.EFE
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