París, 14 nov (EFECOM).- El primer ministro francés, Michel Barnier, admitió este jueves por primera vez que podría aprobar el proyecto de presupuesto para 2025 por el mecanismo constitucional que permite eludir la votación en el Parlamento.
Barnier, en una entrevista con el diario Ouest France, señala que "probablemente" su Gobierno tendrá que recurrir al artículo 49.3 de la Constitución que permite obviar la votación, aunque seguramente le expondrá a una moción de censura.
"Cuando veo lo que ocurrió en la Asamblea Nacional, me parece difícil hacer algo diferente al final de la discusión", reconoció Barnier.
El primer ministro se refería a la votación de la Asamblea que el pasado martes rechazó el capítulo de ingresos del proyecto de presupuesto, lo que supuso que no se votara sobre el capítulo de gastos y que el texto fuera enviado automáticamente al Senado.
Barnier insistió en que su Ejecutivo quiere un presupuesto "responsable" y que el objetivo es "reducir la enorme deuda" que pesa sobre los franceses.
El actual Ejecutivo de centroderecha está lejos de la mayoría en la Asamblea Nacional después de las elecciones de junio y julio pasados.
En la anterior Asamblea salida de los comicios de 2022, el Gobierno tampoco tenía la mayoría, pero su minoría relativa era mayor, y aún así también se vio forzado a recurrir al 49.3 para sacar adelante algunas medidas clave, como los presupuestos del Estado, el presupuesto de la Seguridad Social o la controvertida reforma de las pensiones de jubilación.
El proyecto de presupuesto que presentó el actual Gobierno francés, apenas dos semanas después de ser formado, incluía recortes de gastos y subidas de algunos impuestos para un esfuerzo total conjunto de unos 60.000 millones de euros.
La previsión del Ejecutivo es que ese esfuerzo permita recortar el déficit público del 6,1 % del producto interior bruto con el que previsiblemente cerrará 2024, y hasta el 5,6 % en 2025.
En la entrevista, Barnier muestra sus reservas sobre la posibilidad de suprimir un día festivo o de aumentar en siete horas anuales el tiempo de trabajo, a fin de aumentar los ingresos de la Seguridad Social.
"Tengo muchas reservas sobre esta idea, compleja de aplicar y de la que no estoy seguro de que vaya a aportar lo que algunos pretenden", insistió. EFE