Menos violencia machista en 20 años de ley, pero más grave en las formas de ejercerla

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Melilla, 14 nov (EFE).- El desarrollo de la Ley Integral contra la Violencia de Género en sus casi dos décadas de vigencia, que se cumplen dentro de poco más de un mes, ha dado lugar a una disminución de la violencia machista, pero se está produciendo un aumento de la gravedad en las formas de ejercerla.

Así lo ha manifestado el profesor de la Universidad de Granada, médico forense y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad, Miguel Lorente Acosta, que ha basado este incremento en los indicadores del grado de violencia, como son matar con las manos, el uso de múltiples mecanismos y el número de puñaladas y golpes.

Todos ellos han subido respecto a 2005, el primer año de aplicación de la Ley contra la Violencia de Género: un 62 % en los homicidios con las manos -casos que reflejan el mayor grado de violencia-, un 27 % en el empleo de mecanismos mixtos, un 51 % en la media de puñaladas y un 58 % en la de golpes.

Miguel Lorente ha ofrecido estos datos en la Jornada ‘Prevención y abordaje de la violencia de género. La Ley Integral contra la Violencia de Género: balance y desafíos 20 años después de su entrada en vigor’, organizada por la Delegación del Gobierno en Melilla, en la que también ha participado la periodista Macarena Baena, responsable de Efeminista, el portal de igualdad de la Agencia EFE.

Tras dar a conocer estos indicadores, la conclusión de Miguel Lorente es que la Ley contra Violencia de Género es eficaz en la bajada de la violencia porque mejora la protección de las víctimas y la posibilidad de que estas identifiquen la situación para que rompan la relación y no evolucione hacia el homicidio.

Sin embargo, sube el grado de la violencia, que ahora es más grave, “como consecuencia de la polarización” que se está dando por la “transformación social” lograda con la Ley contra la Violencia de Género, considerada por parte de la sociedad como “un ataque, una guerra cultural ante la que responden sintiéndose agraviados”.

“Hay una reacción contra la igualdad que se traduce en negacionismo y en una potenciación del discurso de odio contra los grupos que influyen en esa transformación cultural”, entre ellos las mujeres, y todo ello “forma parte de la refundación del machismo”, buscando volver a los principios originales o adaptarlos a los nuevos tiempos.

Frente a quienes cargan contra la Ley contra la Violencia de Género afirmando que criminaliza a los hombres, ha instado a “ir rompiendo esa imagen” porque “va contra los hombres que maltratan, no contra los hombres” en general, de la misma manera que “nunca se ha dicho que el Código Penal vaya contra las personas porque las condena, sino que va contra las personas que delinquen”.

El desarrollo de la Ley contra la Violencia de Género ha dado lugar en estas casi dos décadas a un incremento de las denuncias y un descenso de los asesinatos, ya que en los primeros años de vigencia de la ley había un homicidio por cada 1.900 denuncias, y en los últimos años la media es de uno por cada 2.800 denuncias.

Asimismo, ha dejado claro que la Ley contra la Violencia de Género no busca solo la sanción ante estos casos, sino contribuir a la erradicación de esta lacra con esa “transformación social” mediante la educación, prevención, asistencia y protección, una visión global que ha hecho de esta legislación un modelo para otros países. EFE

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