Madrid, 14 nov (EFE).- La Audiencia Nacional juzga este jueves a un presunto yihadista por haberse capacitado en el manejo de armas con la intención de cometer atentados y por haber propuesto a otra persona poner dos bombas a cambio de 300.000 euros.
La Fiscalía pide para él una pena de 11 años y 5 meses por un delito de proposición para la comisión de un delito de terrorismo y otro de autoadoctrinamiento.
Al menos desde finales del año 2022, el acusado se sumergió en un proceso de radicalización y para ello mantuvo contactos con personas afines a los principios ideológicos del terrorismo yihadista, entre ellos su primo, de nacionalidad marroquí y condenado por pertenecer al Dáesh, según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal.
En esa dinámica, "recabó información en las redes sociales sobre el funcionamiento y mecanismo de distintos tipos de armas para capacitarse en el manejo de las mismas, con la finalidad de cometer atentados terroristas", sostiene la Fiscalía.
Además, realizó actividades de entrenamiento físico preparatorias para hacer la yihad, y accedió a contenidos audiovisuales relacionados con el uso de armas y a publicaciones en las redes sociales de dirigentes terroristas haciendo llamamientos a la lucha armada.
También le fueron intervenidas conversaciones, como una del día 5 de enero de 2023, en la que llamó a un amigo al que propuso, a cambio de 300.000 euros, colocar dos bombas por un encargo de los amigos de su primo.
Su interlocutor rechazó la propuesta y el acusado le reprochó que era un cobarde e insistió en que si lo hacía moriría mártir, pero el otro dio por concluida la conversación.
En la memoria del teléfono que le fue intervenido se encontraron fotografías y un total de 11 vídeos grabados del monumento conocido como Atomium de Bruselas (Bélgica) con varios encuadres, "incluyendo la estructura y los aledaños que compartió con su primo", si bien, indica el fiscal, "el resto de mensajería intercambiada entre amos, fue borrada por el acusado".EFE