Javier Herrero.
Madrid, 14 nov (EFE).- En su último disco, que se publica este viernes, Fangoria lleva sus canciones de siempre a dos extremos: la música mákina y el dramatismo del piano-bar pero sin llegar al formato acústico, "un límite" que no piensa traspasar este dúo amante de la electricidad y de las innovaciones tecnológicas.
"Yo estoy totalmente a favor de la IA (inteligencia artificial), lo que pasa es que para hacer letras es muy mala, las hace muy parecidas a grupos y cantantes cuyos nombres no diré, llenas de tonterías y lugares comunes", afirma Nacho Canut a EFE en una entrevista junto a su eterna compañera, Alaska.
No hay IA en su nuevo álbum, 'ATP (A todo piano) / ATL (A todo láser)', pero sí amplificación, electricidad y, como tal, algo de "maquillaje" que ellos no ocultan, incluso en esa primera parte en la que en temas como 'Absolutamente', 'Deseo carnal' o 'Supertravesti' el piano cobra protagonismo en detrimento de los secuenciadores, apagados, aunque mantengan enchufados bajos, guitarras y otros instrumentos.
"El acústico cien por cien para nosotros es un límite que no debemos traspasar", bromean ambos ante un álbum que lleva esta consigna inscrita a través de una cita de Lou Reed: "Con lo que realmente tiene relación la música es con la electricidad. Electricidad y distintos tipos de máquinas".
'ATP / ATL' fue grabado en vivo en el Teatro Príncipe Pío de Madrid con la colaboración de Martin Watkins, habitual colaborador de Marc Almond, arreglista en el pasado de Fangoria y de Sigue Sigue Sputnik y la "diva pianista" que necesitaban bajo el foco junto a Alaska en este espectáculo.
"Nos atrae mucho eso de la diva loca cantando con el piano, todo muy dramático", declara el dúo, que ya pasó por esta experiencia musical hace siete años con 'Pianíssimo' y que le gustó "precisamente por lo totalmente diferente que es" respecto a sus coordenadas habituales.
De aquel disco también en directo solo repite 'Disco Sally'. La selección de canciones que esta vez llevan a las teclas blancas y negras la hicieron con un filtro sencillo: "Si una canción, como pasó con 'Absolutamente', la puede cantar Sara Montiel".
"Pero nosotros básicamente no sabemos qué hacer en un escenario si no estamos haciendo música de baile", reconocen Canut y Alaska, motivo por el que en la segunda parte del álbum llevan otros temas históricos a versiones "turbo-megatrón-mákina".
En este caso, ese cambio fue "un proceso natural". "De hecho en los conciertos del último año ya llevábamos un poco esta intención con algunas canciones", puntualizan sobre un estilo que, cuando estalló en los años 90, les parecía "demasiado infantil" aunque no les fuera del todo ajeno.
"Nosotros también éramos un grupo de música electrónica, pero teníamos letras, melodías y de repente éramos más roqueros porque no renunciábamos a la guitarra. No encajábamos del todo en aquel mundo, aunque también era nuestro un poco", apunta Alaska. "Es como ahora, por ejemplo, con el reguetón, que nos atrae muchísimo sin ser nosotros nada de eso", remacha Canut.
Con ese formato mákina ampliado ofrecerán el próximo año actuaciones en festivales como Warm Up en Murcia, donde volverá a comprobarse cómo han sabido mantener el interés del público joven desde que hace más de 40 años empezaran a hacer música juntos, desde los tiempos de Kaka de Luxe.
"Y además es que no hacemos un esfuerzo para que eso pase. El joven es un público que a nosotros no nos ha interesado especialmente", afirma Canut. "Creo que pasa porque somos un recipiente para las raras de toda condición, da igual la edad", opina su compañera.
Habrá más novedades vinculadas con Fangoria a partir del 15 de diciembre, cuando se estrenará el documental de Movistar Plus+ en torno a la figura de Alaska.
"No es una mera cronología, sino mi opinión muy personal de lo que he sentido en cada momento, y eso fue por lo que me interesó, el contar cómo estaba yo en cada momento y cómo es mi relación con las personas con las que lo he vivido", anticipa la artista de origen mexicano.
Hoy por hoy solo se abstienen de manifestar su opinión sobre cuestiones políticas como la reciente victoria de Donald Trump en EE.UU. "Yo sigo teniéndolas, pero se las doy a mi familia y a mis amigos. No quiero opinar, que no quiero más dramas", dice Canut precavido. "A quien hay que escuchar es a la gente que sabe, no a dos que acaban de grabar un disco en directo", insiste. EFE
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