El puente sobre el estrecho de Mesina obtiene la aprobación de impacto medioambiental

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Roma, 14 nov (EFECOM).- El gigantesco proyecto de construcción del puente sobre el estrecho de Mesina (sur) para unir la península, desde Calabria, con la isla de Sicilia, ha obtenido el visto bueno de la Comisión Técnica de Evaluación de Impacto Ambiental del Ministerio italiano de Medio Ambiente, después de que el Instituto e Geofísica y Vulcanología (INGV) asegurase que no había sido consultado sobre el riesgo sísmico.

La comisión, que en abril pasado había informado de 239 deficiencias que corregir para poder dar su autorización, ha dado ahora su aprobación, pero indicó otros puntos que deben respetarse durante la redacción del proyecto ejecutivo y las obras.

Las indicaciones se refieren no sólo al medio ambiente natural, terrestre, marino y agrícola, sino también a aspectos relacionados con el diseño detallado de las obras en tierra, relativos a las obras, la gestión de materiales, los suministros, el ruido y las vibraciones, explicó el Ministerio.

"Italia puede mirar hacia el futuro", declaró el Ministro de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, que ha convertido la construcción del puente en su máximo objetivo.

Esta aprobación es un nuevo paso para su construcción aunque aún debe obtener el visto bueno del comité interministerial (Cipess ), que es el responsable en última instancia de aprobar los grandes proyectos, también desde el punto de vista económico. El calendario previsto es que esa autorización llegue a finales de año, aunque no es seguro.

Hace unos días, el INGV quiso aclarar con una nota que no había participado en las evaluaciones de riesgo sísmico para el diseño del puente.

La construcción del puente que una la región de Calabria con la ciudad de Messina es una idea que se estudia desde 1971 y que Silvio Berlusconi en su segundo Gobierno (2001-2006) relanzó como uno de sus grandes sueños, aunque durante la legislatura no se colocó ni la primera piedra.

Posteriormente el Ejecutivo progresista de Romano Prodi detuvo la construcción del puente, una obra faraónica de 3.360 metros de longitud - 5.070 metros con las rampas de acceso-, al considerar que no era necesaria.

Con una altura sobre el nivel del mar de 64 metros y una anchura de 61, esta infraestructura iba a dar cabida a cuatro carriles de autopista en cada sentido de la marcha, así como dos líneas ferroviarias.

Diversas asociaciones de ciudadanos y medio ambiente han denunciado además los daños que se produciría en el ecosistema marino y que en la construcción del puente se podrían infiltrar las mafias de la zona, la 'Ndrangheta (Calabria) y Cosa Nostra (Sicilia).

La Dirección de Investigación Antimafia ha avisado en varias ocasiones del riesgo de que el crimen organizado pueda involucrase en el proyecto.

En 2012 el Gobierno tecnócrata de Mario Monti decidió aplazar dos años la decisión sobre la construcción del puente y después se decidió anular el proyecto, que ha retomado el Ejecutivo de la ultraderechista Giorgia Meloni impulsado por Salvini. EFECOM

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