Madrid, 14 nov (EFE).- El Gobierno sigue apurando la negociación del paquete fiscal de 2025 con sus socios parlamentarios de izquierdas, con quienes ha acercado posturas en las últimas horas, entre ellos EH Bildu, cuya portavoz, Mertxe Aizpurua, ha asegurado que "hay posibilidades" de llegar a un acuerdo.
A pocas horas para que el paquete se someta a votación en la Comisión de Hacienda del Congreso, las partes confirman que siguen negociando y coinciden en que, si finalmente no hay acuerdo, las medidas fiscales se desligarían del proyecto de ley que establece un impuesto mínimo del 15 % para multinacionales y grandes empresas, para que éste al menos salga adelante, ya que es una transposición europea y España se enfrentaría a una sanción de Bruselas si no lo aprueba.
"Yo creo que la base que viene de Bruselas es un mínimo y quizá sería bueno que saliera", ha apuntado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, tras insistir en que siguen "hablándolo" y "negociando".
El principal escollo radica en el gravamen extraordinario a las energéticas, que expira el 31 de diciembre, y que los socios exigen mantener, a pesar de que el PSOE pactó eliminarlo con Junts per Catalunya, cuyos votos también necesita.
"No debería costar tanto algo tan sencillo de entender como que aquellos que más contaminan tengan impuestos especiales, sobre todo con la que está cayendo, pero bueno, veremos", ha defendido Rufián en los pasillos del Congreso.
Para el Ejecutivo es vital sacar adelante las medidas fiscales, para demostrar públicamente su capacidad política y porque sin ellas los presupuestos se ponen "más complicados", reconocen fuentes de Sumar, cuya nueva portavoz parlamentaria, Verónica Martínez, ha abogado por alcanzar el "acuerdo más ambicioso posible".
El Gobierno necesita también el respaldo de Podemos, que aunque no tiene representación en la Comisión de Hacienda, sí puede tumbar el plan fiscal en el pleno.
Su líder, Ione Belarra, propuso hace unos días a la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, prorrogar durante seis meses el actual gravamen extraordinario a las energéticas, de modo que haya más tiempo para negociar un acuerdo definitivo que satisfaga a todos los grupos, lo que el BNG ve con buenos ojos.
No obstante, Montero dijo ayer que no estaba "en esa tesitura", mientras que el portavoz del PSOE, Patxi López, ha recalcado hoy que los socialistas están "como siempre negociando hasta el último minuto para que esto salga adelante".EFE