València, 13 nov (EFE).- El desbordamiento, durante la dana del pasado 29 de octubre en Valencia, del barranco de La Saleta de Aldaia afectó a un tercio del casco urbano de la población vecina de Alaquás, en los barrios del Olivar y Socusa, donde un centenar de viviendas ha quedado totalmente inutilizable.
La crecida del agua alcanzó una cota de 1,65 metros en las calles más próximas al barranco, donde hay numerosas casas en planta baja, generalmente de gente mayor, o viviendas reformadas que dedican la planta baja a garaje y pequeñas zonas de estar, según ha explicado a EFE el alcalde de Alaquàs, Toni Saura.
En total unas cien viviendas han quedado inservibles e inutilizables por la afectación en mobiliario, electrodomésticos y ropa, además del daño en garajes y almacenes.
Por el momento solo se han detectado daños estructurales en dos edificios, concretamente en la pared medianera, y "por suerte", como destaca el alcalde, no ha habido que lamentar ninguna víctima mortal en este término municipal del área metropolitana de Valencia de 30.500 habitantes.
Tras los trabajos para despejar las vías de vehículos con el fin de tener comunicación con las poblaciones cercanas -Xirivella, Alaquás y Torrent-, extraer y recoger lodo y enseres y recuperar el suministro eléctrico después de dos días sin servicio en los barrios afectados -el abastecimiento de agua potable no falló-, las labores actuales se centran en el reparto de alimentos desde un punto y proporcionar comida a las personas vulnerables.
También en la limpieza del lodo de las calles, ya que, aunque el agua inundó una parte del casco urbano, el barro llegó a prácticamente todas las calles del municipio.
El Ayuntamiento dispone de una radiografía del estado de las viviendas afectadas y el equipo de Servicios Sociales ha visitado todas las viviendas para conocer la situación de las familias.
Actualmente solo queda una familia alojada en un hostal próximo en Aldaia, pero durante los primeros días de la riada el consistorio y un hotel de Alaquàs tuvieron que alojar a personas que iban en tránsito hacia otros municipios, y durante unos días más a cuatro familias en el centro de día municipal.
Desde hace dos días, ante la alerta por la nueva dana a partir de este miércoles, se ha revisado el alcantarillado para descartar embozos por los arrastres y en general presenta buen estado, si bien algún imbornal tiene problemas. Por el momento, el alcalde señala que las canalizaciones han tragado bien la lluvia registrada por la mañana.
Alaquás y Aldaia son pueblos vecinos, con muchos lazos familiares entre ellos, y durante estos días voluntarios de este municipio han acudido diariamente a Aldaia y se han derivado medios de una población a otra en función de las necesidades del momento. EFE