Santander, 12 nov (EFE).- El Juzgado de Menores de Santander ha condenado a seis años de internamiento cerrado al menor de 15 años que asesinó en febrero a su madre, la vizcaína Silvia L.G., en la casa familiar de Castro Urdiales, en la que también estaba su hermano de 13, con el que "actuó de común acuerdo".
En la resolución, de conformidad entre las partes, se impone al hijo de 13 años libertad vigilada "con el contenido educativo que se determine" y se le prohíbe acercarse a menos de 300 metros de su padre, abuelos y tu tío maternos, que han ejercido la acusación particular en el caso.
Fuentes judiciales han informado a EFE del contenido de esta sentencia, que publican este martes los periódicos del grupo Vocento.
El Juzgado impone seis años de internamiento cerrado al hijo de 15 años por un delito de asesinato y otro de agresión sexual a su madre, con la circunstancia de agravante de parentesco.
El Juzgado impone, según explican a EFE las mismas fuentes, la pena máxima que prevé la Ley del Menor, de cinco años por un delito grave y uno más por un segundo delito grave.
Silvia L.G., celadora de 48 años en el Hospital de Cruces (Bizkaia), fue localizada muerta sobre las nueve de la noche del 7 de febrero dentro del maletero de su vehículo, que estaba en el garaje del chalé familiar, en Castro Urdiales. La víctima no llevaba ropa, estaba maniatada, con una bolsa de plástico en la cabeza y varias cuchilladas en la cabeza.
Tras localizar el cuerpo, la Guardia Civil comenzó a buscar a los dos hijos, dos hermanos de 15 y 13 años, que el matrimonio había adoptado en Rusia cuando tenían 4 y 2 años, y que fueron encontrados pasadas la una de la madrugada en otro barrio de Castro Urdiales, no muy alejado de su casa.
El padre de los menores no se encontraba en el domicilio, ya que estaba trabajando fuera de Castro Urdiales, y fue la abuela de los menores la que dio el aviso de que sus nietos la habían llamado diciendo que les habían secuestrado y eso permitió localizar el cuerpo de Silvia.
La Guardia Civil detuvo a los menores, que quedaron a cargo del Instituto Cántabro de Servicios Sociales.
Según la resolución del Juzgado de Menores de Santander, los menores atacaron a su madre sobre las 17.30 horas del pasado 7 de febrero.
"Actuando de común acuerdo (...) y, según ambos habían planeado con anterioridad, con el propósito de acabar con la vida de la madre, cuando esta se encontraba comiendo sola en la cocina de la vivienda, de forma sorpresiva se abalanzaron sobre ella", indica la sentencia.
La resolución señala que tras atacar con un cuchillo en la cabeza a su madre, a la que pusieron dos bolsas en la cabeza porque sangraba, y la ataron los pies y las manos con cinta aislante, los hermanos trasladaron el cuerpo al garaje, que estaba comunicado directamente con la casa por unas escaleras, y metieron a la mujer en el maletero del coche.
Los menores limpiaron el rastro de sangre y dejaron una nota en la cocina con la palabra "ayuda", según recoge la sentencia, que señala que luego intentaron arrancar el coche, pero no pudieron sacarlo del garaje si no que lo empotraron contra la puerta de la cochera.
Los dos hermanos decidieron entonces ir al centro de Castro Urdiales y estuvieron merendando en un bar, después de haber cogido una mochila en la que metieron el teléfono de su madre y su tarjeta de crédito.
Sobre las ocho de la tarde los menores cogieron el teléfono a su abuela, a la que dijeron que les habían secuestrado y quien dio aviso a la Guardia Civil. EFE