València, 7 nov (EFE).- El envío masivo de alimentos, ropa y productos sanitarios o de higiene a Valencia ha desbordado centros de logística como la nave de la cervecería artesanal Alegría, que ofreció su espacio en Massanassa para ubicar lo que llegaba para ayudar a los afectados, pero que ahora es incapaz de absorber las muestras de solidaridad.
La respuesta de toda España ha sido tan abrumadora que este jueves han pedido que se paralicen los envíos a València porque, pese a estar "súper agradecidos", ya no tienen espacio suficiente de almacenaje, según ha señalado a EFE este jueves Irene Cardona, una de las trabajadoras de Cervezas Alegría.
No son los únicos. El centro cultural La Rambleta, donde se ha creado un centro de organización de voluntarios, anunció ayer que está "colapsado de suministros y mercancías". "Por favor, no continuéis enviando, no hay capacidad logística para recibir y distribuir tal cantidad", ha avisado en sus redes sociales.
La Federación de Bancos de Alimentos (Fesbal) también ha señalado que tiene la mayoría de sus centros llenos gracias a la solidaridad de los españoles, por lo que, para evitar colapsos logísticos, ha recomendado a los ciudadanos optar por las donaciones económicas.
Muchos de los centros de recogida y distribución son naves pertenecientes a negocios privados reconvertidos en puntos logísticos de manera improvisada, como es el caso de Massanassa, donde en el polígono industrial se amontona comida, agua, ropa y productos de todo tipo en una sala de conciertos, en el espacio de Cervezas Alegría y en un almacén de motocicletas.
El agua esta amontonada en la calle, cubierta con una lona blanca. Lo mismo pasa con la ropa, que los voluntarios habían guardado en unos camiones vacíos que ahora van a volver a funcionar, por lo que han tenido que dejarla en cajas en la vía pública.
"Todo esto son empresas privadas que necesitan, poco a poco, empezar su actividad", ha resaltado Cardona, quien sí ha pedido "gente con tractores y remolques para que vayan quitando el barro y lo saquen fuera del pueblo" porque, en ese sentido, están "como el primer día".
Una de las soluciones es reubicar los productos. Es el caso de una furgoneta que viaja hasta los topes a Chiva, donde va a dejar parte del material para que la residencia de mayores de la localidad lo tenga más cerca cuando lo necesite.
La ayuda de los voluntarios también es esencial. Una de ellas es Bárbara, que presta su coche para transportar productos que van desde fruta fresca hasta tampones o compresas, pasando por lámparas y pilas.
"La ayuda no está llegando concretamente a las casas, está llegando a los puntos de recogida, pero hay que meterse y callejear un poco para que le llegue a todo el mundo", ha subrayado la joven, vecina de un pueblo cercano donde no afectó la dana.
Los voluntarios que organizan el centro logístico lo tienen claro: las donaciones se van a seguir necesitando más adelante, por lo que es primordial dosificar la ayuda y que no llegue toda de golpe.
"Esto va para largo, aquí no ha quedado ningún comercio ni ningún supermercado", ha evidenciado Cardona, que, no obstante, ha avisado de que "lo que más se va a necesitar es dinero, porque ha quedado todo devastado". EFE
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