París, 7 nov (EFECOM).- El anterior ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, responsabilizó este jueves al actual Gobierno de la escalada del déficit previsto para este año, del 6,1 % del producto interior bruto (PIB), por no haber mantenido las medidas de ajuste que él proponía poco antes de dejar el cargo en septiembre.
"Si el nuevo Gobierno hubiera aplicado todas las medidas sin tardar (...) habrían permitido contener el déficit para 2024 al 5,5 % (del PIB) sin ningún aumento de impuestos", subrayó Le Maire ante la comisión de Finanzas del Senado que lo había convocado para explicarse sobre la delicada situación de las cuentas públicas.
Para el que fue durante más de siete años, hasta el pasado 21 de septiembre, el titular de Economía y Finanzas de Francia, la cifra ahora prevista del 6,1 %, "es la decisión del Gobierno actual".
En el otoño de 2023, Le Maire había presentado los presupuestos de 2024 con una hipótesis de déficit del 4,4 % que se mantuvo oficialmente hasta comienzos de abril de este año cuando hubo una primera revisión y se elevó la estimación al 5,1 %.
La razón es que desde finales del pasado año se fueron acumulando indicaciones e informes que recibió el Ministerio de Finanzas de que los ingresos fiscales estaban siendo muy inferiores de lo anticipado por razones macroeconómicas, pero también por problemas técnicos de evaluación.
En la práctica, esa recaudación fiscal fue 41.000 millones de euros inferior a lo esperado en 2023 y debería ser de nuevo 41.000 millones de euros inferior este ejercicio.
El exministro aseguró que por su parte no hubo "ni falta, ni disimulación ni voluntad de engaño. Fundamentalmente hubo un grave error técnico de evaluación de los ingresos que estamos pagando".
Tampoco aceptó haber pecado de optimismo con la previsión de crecimiento del 1,4 % para 2024 que había incorporado en su proyecto de presupuestos, y que luego se revisó al 1,1 %.
"En ningún momento falté a la obligación de transparencia y de anticipación sobre nuestras finanzas públicas", afirmó.
Le Maire argumentó que cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, decidió a comienzos de junio disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas anticipadas, tenía las manos atadas y ya no podía imponer todas las medidas de ajuste que hubieran sido necesarias para poder mantener su objetivo de déficit del 5,1 %.
El hecho es que el descalabro actual de las finanzas públicas ha puesto contra las cuerdas al nuevo Gobierno salido de las elecciones, que está en ejercicio desde finales de septiembre y que está sometido a un escrutinio particularmente estricto tanto de la Comisión Europea (que abrió en verano un procedimiento por déficit excesivo a Francia) como de los mercados. EFECOM