El juicio de los técnicos: Los coches fueron armas arrojadizas en la riada de Valencia

Evaluaciones técnicas en Alfafar determinan que las inundaciones causaron daños significativos en edificaciones, siendo prioritario revisar el uso de plantas bajas y mejorar medidas de emergencia ante futuras riadas

Guardar

Salvador Ruiz

Málaga, 7 nov (EFE).- "Los vehículos se han convertido en arma arrojadiza" en la riada ocurrida en Valencia, a juicio de los técnicos que han evaluado el estado de las edificaciones tras la tragedia y que expresan su preocupación por las cimentaciones, porque aún están inundados muchísimos bajos y ese agua se está filtrando.

"Sería importante que en planta baja no hubiesen viviendas para evitar que las personas puedan sufrir inundaciones de este tipo, que muchas han salvado su vida de milagro", ha asegurado a EFE el arquitecto municipal y jefe del servicio de Protección Civil del Ayuntamiento de Málaga, Juan Antonio Benítez.

Acaba de volver de Alfafar, municipio limítrofe con Valencia y uno de los más dañados por la dana, donde ha coordinado un equipo de siete arquitectos y arquitectos técnicos desplazados como voluntarios desde Málaga para evaluar las construcciones a petición del alcalde de esa localidad valenciana, que reclamó ayuda el 31 de octubre.

En horas se desplazó un primer grupo de personal de Protección Civil de Málaga y después los arquitectos del grupo técnico de valoración en emergencias, que evalúa con rapidez el estado de las edificaciones, junto a un informático con una aplicación de gestión de emergencias dotado de un sistema de información georreferenciada.

Durante la inspección de cientos de viviendas en Alfafar han encontrado pocos daños estructurales, los que más preocupan para la seguridad y estabilidad de la vivienda; una decena de inmuebles de una sola planta destrozados y otros con los muros de carga afectados.

En edificios de más reciente construcción se vieron alcanzadas cientos de plantas bajas, muchas de ellas con viviendas, y llegó el agua a una altura 2,5 metros, causando daños masivos al romper cerramientos, carpintería, cerrajería o instalaciones como cuartos de contadores.

 Han entregado a ese Ayuntamiento un informe con todas sus recomendaciones al haberse constituido como asesores del Consistorio en esos momentos.

"En gasolineras se han arrancado surtidores, en locales comerciales se han empotrado coches dentro, en colegios públicos se ha tumbado todo el cerramiento de muros, hay vehículos empotrados en guarderías e institutos, los muros perimetrales de esos centros han sido echados abajo y en los edificios de viviendas los daños principales están en plantas bajas", ha detallado.

Cuando veían el rastro dejado por el agua a 2,5 metros de altura y el destrozo ocasionado pensaban: "Si aquí hubiese habido alguna persona en ese momento no lo cuenta".

Al efectuar las valoraciones si veían en una vivienda un muro a punto de caer sobre la marcha pedían de inmediato a bomberos que actuaban en las inmediaciones que intervinieran para demoler y apuntalarlo, de forma que se evitara el peligro a los ocupantes de las edificaciones.

Los daños apreciados principalmente han sido en sistemas constructivos antiguos, porque en los cascos de las ciudades hay muchas edificaciones que tienen bastante tiempo, mientras que en lo que se construye actualmente los sistemas estructurales empleados funcionan muy bien y aguantan este tipo de inundaciones, ha resaltado.

Plantea que el uso que se haga de las partes bajas de las edificaciones no sean para vivienda y respecto a los sótanos estudiar la disponibilidad de bombas de achique para, en caso de inundación, poder evacuar el agua lo más rápidamente posible.

Algunas viviendas han quedado demolidas por efecto de la dana y otras parcialmente, explica Benítez, que añade que los técnicos de emergencias indican primeras medidas para dotar de seguridad a los habitantes y la estabilidad de las edificaciones al objeto de eliminar peligros, mientras que en otra fase se abordará la reconstrucción.

Señala la solidaridad y ayuda ciudadana y la resignación de los que han sufrido la tragedia y comenta que hay más voluntarios para acudir que los que realmente pueden estar allí.

Afirma que hay zonas con mayor azote de las inundaciones dependiendo de la topografía del terreno y que los vecinos les paraban para que comprobaran si alguna grieta se debía a elementos estructurales, pilares o vigas, o era del cerramiento.

Ante las intenciones de ayudar, ha incidido en la importancia de la organización de los recursos para enviarlos donde sean necesarios: "La emergencia ya es un caos de por sí, lo que no podemos hacer en la gestión de las emergencias es ocasionar un segundo caos". EFE

(foto)

Guardar