El juez García Castellón, escéptico de la voluntad de esclarecer todos los crímenes de ETA

Manuel García Castellón expresa su escepticismo sobre la voluntad de esclarecer más de 300 crímenes de ETA y destaca el compromiso de Dignidad y Justicia en la búsqueda de justicia

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Madrid, 6 nov (EFE).- El juez de la Audiencia Nacional recientemente jubilado Manuel García Castellón se ha mostrado este miércoles "escéptico" respecto a que en la actualidad haya una voluntad de investigar los más de 300 crímenes de la banda terrorista ETA pendientes de esclarecer.

Manuel García Castellón ha realizado esta manifestaciones durante su discurso tras recibir la medalla de oro de la asociación Dignidad y Justicia que ha otorgado en esta edición el mismo galardón, a título póstumo, a la fiscal de la Audiencia Nacional Carmen Tagle, asesinada a tiros en Madrid por ETA en 1989.

"Quiero mencionar la labor impagable de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército, a los que ya no como profesional sino como ciudadano estoy eternamente agradecido", ha comenzado diciendo Manuel García Castellón.

Seguidamente ha tenido "una palabra de recuerdo para las víctimas de las inundaciones de Valencia" y ha estimado que merecen "una reflexión" "las imágenes de los pueblos devastados por las riadas y de la gente abandonada a su suerte reclamando un auxilio al Estado que no termina de llegar".

Y ha añadido: "No se qué pasará con nuestros compatriotas valencianos aunque la experiencia reciente de la isla de La Palma me hace temer lo peor".

"Pero sí sabemos cuál ha sido el trato que por parte de las instituciones públicas han recibido otras víctimas, no de un desastre climatológico sino de una organización como ETA y otros grupos terroristas, como Carmen Tagle y tantísimas a las que asesinaron no casualmente de manera aleatoria sino que las buscaron por lo que cada una de ellas representaba y defendía", ha subrayado.

García Castellón ha asegurado que no puede olvidar "los más de 300 atentados terroristas de ETA que a día de hoy no han sido resueltos".

Al respecto ha destacado que la asociación Dignidad y Justicia "se ocupa de manera incansable de instar a las autoridades judiciales competentes para que no decaiga el celo investigador antes de que la prescripción de los delitos -por el tiempo transcurrido- se convierta en un salvoconducto que ha garantizado la impunidad".

"En mis 47 años de ejercicio profesional, los últimos 32 en la Audiencia Nacional, he visto avances positivos en la forma en la que el Estado abordaba el fenómeno del terrorismo pero noticias recientes conocidas por todos me hace ser si no pesimista por lo menos escéptico", ha advertido.

Y ha concluido señalando que espera equivocarse y que "a los malos los llamemos por lo que son, los malos, y ocupen en la historia el lugar residual que se merecen y no dejemos nunca de reivindicar a los verdaderos héroes de la historia de nuestro país".

El presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, ha destacado que la labor de García Castellón en las causas de ETA por el asesinato del concejal del PP en Ermua (vizcaya) Miguel Ángel Blanco en 1997 y el atentado en Santa Pola (Alicante) en 2002 han servio para relanzar los procedimientos de los crímenes pendientes de resolver por no conocerse autor material al actuar contra los jefes de la banda.

En el acto han sido entregadas medallas de plata de Dignidad y Justicia por su labor contra el terrorismo al cabo primero de la Jefatura de Información de la Guardia Civil Antonio Gómez Perales, al escolta privado Jesús Cirilo Pérez, al policía nacional del Grupo Especial de Operaciones (GEO) José Ignacio de Anta, al capitán de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada Francisco Rodríguez Palma.

Además, al jefe de Brigada de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional Rafael Pérez Garnacho, al comisario principal retirado del mismo Cuerpo José María Borja, al director del Centro de Sistemas de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CESTIC) del Ministerio de Defensa, el teniente general José María Millán, y al periodista Manuel Cerdán. EFE

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