Un guardia civil asegura que el hostelero asesinado en La Rioja en 2023 no pudo defenderse

El juicio por la muerte de Guillermo Castillo revela un plan premeditado de robo y asesinato; los acusados enfrentan penas de hasta 38 años de prisión por su participación en los hechos

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Logroño, 5 nov (EFE).- El guardia civil que realizó el atestado de la investigación por la muerte violenta en 2023 del hostelero riojano Guillermo Castillo ha subrayado este martes que la víctima “no tuvo ninguna posibilidad de defenderse, ni de escapar, ni de pedir auxilio” y ha recalcado que los dos acusados participaron en el crimen y no hubo más implicados.

Este agente de la Policía Judicial que actuó como secretario en esta investigación ha testificado en la segunda jornada del juicio que se celebra con tribunal popular en la Audiencia de La Rioja por la muerte de Castillo en su casa de Cuzcurrita del Río Tirón, en la madrugada del 2 de mayo de 2023.

El fiscal pide para los dos procesados -un vecino de Logroño de 54 años y otro de Pradillo (La Rioja) de 39- sendas penas de 27 años y 9 meses de cárcel como presuntos autores de los delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento y de robo con violencia.

La acusación particular que ejercen los hijos del fallecido piden 38 años o prisión permanente revisable por los mismos delitos, más otro de organización criminal; y las defensas han negado su participación en los hechos y, en caso de condena, la del vecino de Pradillo asumiría un homicidio imprudente o atenuado por drogodependencia.

El guardia civil ha indicado que los dos acusados fueron a casa de Castillo con “un plan premeditado” para robar en su casa, ya que llevaron guantes para no dejar huellas, unos grilletes para maniatarle y ropa para cambiarse después del crimen, que “no fue un impulso de dos drogadictos”.

Ha defendido que dejaron al anciano “encerrado en un baño atado con grilletes, inconsciente, no podía escapar ni salvarse; se aseguraron de que se quedase agonizando a consecuencia de los golpes recibidos”.

“Pensaban llevarse un botín de 50.000 o 60.000 euros y solo se llevaron unos 600 de la cartera”, ha añadido.

En el juicio se ha proyectado una reconstrucción de los hechos, realizada a partir de los indicios encontrados en el lugar del crimen, que constata que Castillo fue agredido nada más abrir la puerta, se quedó inconsciente y fue arrastrado por los brazos por uno de los acusados, mientras que el otro le golpeaba hasta fracturarle varias costillas, tras lo que lo encerraron en un aseso engrilletado.

Este martes también ha declarado la hija de Guillermo Castillo, quien ha afirmado que escuchó relatar a la pareja del procesado residente en Pradillo que, junto al otro presunto implicado, habían matado a su padre.

Ha añadido que no había visto ni conocía a los dos acusados y ha insinuado que puede haber más personas implicadas en el crimen que no han sido investigadas en este proceso.

Ha relatado que la noche anterior al crimen acompañó a su padre a su casa y, a la mañana siguiente, se acercó al domicilio tras recibir una llamada de un trabajador agrario.

Desde la entrada, vio las zapatillas de su padre tiradas, sangre con arrastre y otras salpicaduras más, por lo que pensó que se había caído; después, llamaron al 112 y a la Guardia Civil.

“No soy la misma persona, me han quitado a mi padre, nunca más voy a ser hija. Me han quitado a un amigo y me han quitado el trabajo: me han dejado la vida patas arriba, no hay derecho”, ha subrayado.

Después se enteró que habían detenido a la novia de uno de los acusados, el de Pradillo, localidad hasta la que se desplazó con dos amigos para tratar de sacarla información. Allí, en un bar, la mujer le relató que su pareja volvió a casa la madrugada del día del crimen y que había confesado que habían matado a Guillermo Castillo.

Este martes estaba citado también un testigo protegido, pero está en paradero desconocido, por lo que el magistrado ha confiado en que se le localice en los próximos días.

El guardia civil ha explicado que una persona contactó con Benemérita porque quería aportar información sobre la investigación y ofreció datos compatibles con los indicios.

Relató que un conocido -el acusado de 39 años- le había comentado que había cometido un asesinato, pero vio publicado en los medios de comunicación que Castillo murió a cuchilladas, no a golpes, como le había relatado ese hombre. EFE

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