Un festival como Jazzahara es un éxito porque "la cabeza no para durante todo el año”

Fermín Cabanillas

Zahara de los Atunes (Cádiz), 4 nov (EFE).- Acaba de terminar la V edición del Festival de Jazz de Zahara de los Atunes, y sus organizadores, Marina Fernández e Ivan Pivotti, ya tienen en mente algunas ideas para la sexta edición, porque el secreto de una cita como ésta es que "la cabeza no para durante todo el año”.

Lo explican en una entrevista con EFE tras terminar una cita que ha visto cómo el aforo se llenaba en sus tres sesiones, con doble concierto el viernes y el sábado, para ver en directo a solistas y grupos tan dispares como el sexteto "Tumbando a Monk", Fred Hersch, Trinidad Jiménez, Afra Kane y DJ Toner junto a Jorge Pardo.

Una edición en la que ha habido que contar con la complicidad del Q Hotels-Hotel Tui Blue Zahara Beach, un cinco estrellas que terminó su temporada también este domingo, y que abrió una de sus salas para el festival cuando la previsión de lluvia amenazaba con la suspensión, al tener que desplazarse de su sede de siempre, el patio del Palacio de las Pilas.

Con todo, a Marina Fernández se le queda “un cuerpo de mucha gratitud porque se sabía que la programación era excelente”, pero llegó la dana, “y se tuvieron que reconducir el espacio y el público”, con la suerte de poder reubicarlo a dos días de abrir el telón, con lo que están “muy agradecidos a todas las personas que se han esforzado para que saliera adelante”.

Y ahora llega el momento, “primero, de cerrar esta edición, porque la gente piensa que cuando acaba el festival acaba todo”, pero quedan muchas gestiones por hacer, pero “desde que estás haciendo uno ya estás pensando en el siguiente, y ya han nacido propuestas, ideas para el año que viene”.

Desvela que la edición de 2025 puede estrenar ubicación, así como actividades y nuevas líneas artísticas. “La cabeza no para, y ese es el secreto, esto es siempre así”, porque van enganchando “una edición con otra”.

Ivan Pivotti, por su parte, habla de la consolidación del festival porque “lo que dicen los compañeros que organizan festivales es que cuando se llega al lustro, cuando se llega a los cinco años, es cuando se afianza ya un concepto”, lo que vale para este tipo eventos, “para los festivales o para cualquier asunto cultural”.

Explica que sacar adelante un festival como Jazzahara Petaca Chico tiene muchos matices, pero el esqueleto se basa en tener “una estructura que está consolidada y que se repite grosso modo todos los años”, con el matiz de que este año “ha habido que replantear el festival con muy pocos días de antelación”.

“Cuando se vieron las previsiones se tuvo que trabajar de manera muy rápida, cambiando el planteamiento a toda prisa”, explica Pivotti, que agradece al hotel de la cadena TUI “que ha puesto las cosas muy fáciles”. Lo resume gráficamente: “Nos han salvado la vida”.

Reflexiona también sobre cómo se trabaja para que artistas de la talla de Fred Hersch estén en un festival aún incipiente, y lo resume en que es un trabajo de meses, aprovechando que “los grupos internacionales están de giras, y no se puede hablar de hacer el festival dentro de una semana o dentro de dos”, sino que hay que mirar con sumo cuidado los calendarios.

Con Hersch, el mayor pianista internacional de jazz de la actualidad, se aprovechó “una fecha libre que tenía el artista en su gira europea”, así como incluso su empatía, porque alguien que ha sido y es todo en el mundo de la música aceptó acudir a un festival modesto, a sabiendas de que sus inicios tampoco fueron fáciles en el mundo de la música.

“Los festivales se hacen también con eso, con un poco de suerte, por un lado, que coincida una gira internacional y que se pueda aprovechar una fecha”, pero, además, siempre están sujetos “a momentos de mala suerte que hay que sortear cuando se presentan”, y, en este 2024, se pudieron sortear las dificultades.

Ahora, a pensar en 2025, a madurar cómo llevar de nuevo a un paraíso de 1.300 habitantes en pleno otoño un género musical que nació a finales del siglo XIX en las comunidades afroamericanas de Nueva Orleans, y que tiene tantos matices como intérpretes y seguidores en todo el mundo. EFE

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