La Comisión Europea ha insistido este lunes en su disposición a ayudar a España ante las consecuencias de la DANA que ha dejado al menos 211 fallecidos por las inundaciones en el sur y el este de España, la mayoría en Valencia, después de que la reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, no haya producido ningún resultado concreto.
En la capital comunitaria Albares ha debatido con el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, "los recursos e instrumentos para dar apoyo y reconstrucción por los efectos de la DANA", ha informado en un mensaje en redes sociales el titular de Exteriores.
De esta forma se trata de identificar qué tipo de ayuda y recursos puede brindar la Comisión Europea en este contexto, aunque por el momento España no ha dado el paso de activar el Mecanismo Europeo de Protección Civil, el instrumento con el que la UE coordina el envío de ayuda de emergencia a un Estado miembro que se ve desbordado por una catástrofe natural.
En los primeros días tras la catástrofe, tanto la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, como el Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, dejaron claro que la UE estaba "preparada para ayudar" y se apuntó también la posibilidad del Fondo de Solidaridad para catástrofes, aunque en este caso el proceso es más lento porque requiere una evaluación previa de los daños y que los 27 y la Eurocámara den luz verde al desembolso.
Por su lado, tras el encuentro el comisario esloveno ha reiterado que Bruselas está lista para coordinar la ayuda frente a esta crisis. "Reiteré la disposición de la UE a ayudar tras esta tragedia, en plena solidaridad con las personas y comunidades afectadas", ha indicado Lenarcic.
En rueda de prensa, el portavoz principal de la Comisión Europea, Eric Mamer, ha recordado que la UE presta apoyo ante el desastre en España a través del sistema de satélite Copérnicus y "esta lista para asistir de cualquier otra forma que sea considerada apropiada".
Mamer ha evitado comentar la gestión de la crisis por parte de las autoridades españolas, tras las protestas y los momentos de tensión de este domingo durante la visita de los Reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, aunque ha dicho entender la "profunda rabia" de los afectados.
"Es normal que la gente exprese sus sentimientos. Entendemos la profundidad de la rabia en estas circunstancias, lo que es importante es que todos hagan lo máximo para ayudar a los ciudadanos de Valencia y la región", ha señalado.
Fuentes comunitarias explican que la UE no tiene previstos otros instrumentos de emergencia para asistir a las víctimas de las riadas, más allá del Mecanismo de Protección Civil, que depende de la activación de las autoridades nacionales y por el momento, en los contactos con Protección Civil no hay señales de que vaya a dar este paso.
En las inundaciones que golpearon el centro de Europa este septiembre, Polonia y República Checa solicitaron el instrumento europeo para hacer frente a la situación, mientras que otros países como Hungría o Austria optaron por gestionar la crisis de forma interna. Entonces la UE suministró cientos de deshumidificadores, esenciales para secar los edificios dañados por el agua y ayudar en los esfuerzos de recuperación, además de tratamiento de agua.
En Eslovenia frente a las inundaciones de 2023, a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil, distintos países ofrecieron helicópteros, puentes y excavadoras.
El titular de Exteriores había previsto para este lunes un encuentro en la capital europea con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y eurodiputados para discutir sobre el uso de las lenguas cooficiales en las sesiones plenarias de la institución y la evaluación sobre el coste de tal medida encargado a un grupo de trabajo de la Mesa del Parlamento Europeo, pero finalmente se ha modificado su agenda.
FONDO DE SOLIDARIDAD
La otra vía para ayudar a España es el Fondo Europeo de Solidaridad (FES) que cuenta con una partida de hasta 1.144 millones de euros anuales, un presupuesto al alza desde su creación precisamente debido a la creciente frecuencia e intensidad de las catástrofes naturales, aunque la Comisión aclara que no se trata de una ayuda de respuesta rápida ante las crisis, por lo que su desembolso puede llevar varios meses.
Para acceder a este fondo las autoridades nacionales del Estado miembro afectado presentan la solicitud para optar a esta ayuda en un plazo de 12 semanas, a partir de la fecha de los primeros daños causados por la catástrofe. En caso de catástrofes de evolución lenta, como sequías o emergencias sanitarias, este plazo se fija en las 12 semanas siguientes a la adopción de la primera medida oficial contra la emergencia.
Acto seguido, la Comisión evalúa la solicitud y, una vez aceptada, propone un importe de ayuda al Parlamento Europeo y al Consejo, que deben aprobarlo. El importe de las ayudas se determina en función de los daños directos totales causados en relación al PIB del país o región afectado y, una vez adoptada, esta deberá utilizarse en un plazo de 18 meses a partir de la fecha en que la Comisión desembolse el importe total.
Una vez abonada la ayuda, el Estado afectado es responsable de su ejecución, incluida la selección de las operaciones y su auditoría y control, aunque las medidas de emergencia pueden financiarse con carácter retroactivo desde el primer día de la catástrofe.
No obstante, el Ejecutivo comunitario sí acota las operaciones subvencionables por la ayuda, que podrá utilizarse para restablecer y asegurar el funcionamiento de infraestructuras; proporcionar alojamiento temporal y financiar servicios de rescate para la población afectada; establecer medidas de protección del patrimonio cultural y limpiar las zonas afectadas por la catástrofe.