Sergio Andreu
Barcelona, 3 nov (EFE).- Si la vida de Truman Capote es casi un género narrativo en sí, la gestación de 'A sangre fría', su obra maestra, sería el capítulo esencial de una existencia excesiva a la que el dibujante castellonense Nadar y el guionista francés Xavier Bétaucourt han dedicado una reveladora y aséptica novela gráfica.
'Truman Capote. Regreso a Garden City' (Astiberri, también en catalán) da título a esta documentada obra que acompaña al escritor de Nueva Orleans en su vuelta, en 1967, al escenario del brutal crimen de la familia Clutter ocurrido ocho años antes, convertido ya en un personaje famoso y aclamado gracias, precisamente, al éxito de la novela (de no ficción) que dedicó a este sangriento suceso.
En 1959, Perry Smith y Dick Hickock habían entrado a robar en la granja que los Clutter tenían en ese rincón de Kansas, y al comprobar que no tenían el dinero que pensaban en la caja fuerte mataron al matrimonio y dos de sus hijos disparándoles a bocajarro.
A partir de la entrevista que un periodista quiere hacer a Capote, que vuelve al pueblo para supervisar el rodaje de la adaptación que el realizador Richard Brooks está rodando de 'A sangre fría', Nadar y Bétaucourt se mueven en el tiempo en ambos direcciones para mostrar cómo la vida del escritor nunca volvió a ser igual tras conocer a los autores del crimen durante el largo proceso judicial.
"El proyecto surgió un poco por casualidad. Tras una discusión con un amigo sobre 'esas novelas que nos dejaron huella', quise releer 'A sangre fría'. Me di cuenta de que la propia escritura de aquella novela podría ser el tema de una buena historia... de no ficción", explica Bétaucourt (Lille, 1963) a EFE.
El hilo en algunas escenas de la novela gráfica -la llegada de Capote con su amiga Harper Lee ('Matar a un ruiseñor') a Garden City, la relación platónica con Perry Smith o las visitas a la cárcel- conecta con filmes como el 'Capote' de Bennett Miller o 'Historia de un crimen' de Douglas McGrath, pero la historia se adentra además en la niñez del escritor, en sus claroscuros éticos y en sus adicciones varias, en especial a la fama que lo transformó casi en un bufón.
Una especie de 'socialité' literaria sobre la que existen varias biografías y una ingente cantidad de información periodística que Bétaucourt aprovechó para el guión sobre este excéntrico Capote, de quien este septiembre se cumplió el centenario de su nacimiento.
"El verdadero trabajo fue ordenar. Capote fue un autor extraordinario por su talento, grande y precoz, que quedó destrozado al escribir la novela", apunta el guionista sobre una figura que cuarenta años después de su muerte sigue vigente como refleja el éxito de 'Feud: Capote vs. The Swans', dirigida por Gus Van Sant.
"El personaje acabó tragándose su obra. Sus demonios internos se apoderaron de él y se convirtió en una caricatura de sí. Truman era muy moderno en todos sus excesos, el arquetipo del artista autodestructivo destrozado por su obra y su personalidad. Espero que el centenario anime a muchos a descubrir su obra", añade el periodista francés.
Cuando al dibujante Nadar tuvo en las manos el guión de Bétaucourt -a quien no conocía hasta comenzar el proyecto- y vio que partía de 'A sangre fría' no dudo en aceptar la propuesta.
"Es uno de esos libros que he ido leyendo y que me ha marcado mucho. Xavier escribe por escenas, me ha dado manga ancha a dibujarlas como quiera. Es un tío bastante generoso y abierto a que el dibujante aporte su granito de arena y su voz", comenta Pep Domingo, nombre oficial de Nadar (Castellón, 1985).
Combinando el color para los momentos 'reales' de la trama -donde proliferan tonos sepias y terrosos- con el blanco y negro, cuando recrea las escenas del filme de Brooks que aparecen en las páginas, Nadar opta en lo estilístico para personajes y ambientes por crear su "propio universo" a partir de las abundantes imágenes de Capote y evita reproducir la estética de otras obras ya existentes.
Para Nadar, ganador del premio a la mejor obra española del salón internacional Comic Barcelona 2022 por "Transitorios" (Astiberri), uno de los aspectos esenciales de 'A sangre fría' y su gestación es que fue una apuesta literaria muy ambiciosa que asentó las bases del género del "true crime", y que consolidó la carrera de Capote.
Eso sí, subraya, tal y como muestra la novela gráfica, Capote pagó un alto precio moral que, sin duda, le atormentó hasta su muerte: la necesidad de que los dos criminales, con quienes había establecido una relación estrecha, tuvieran que ser ejecutados para que 'A sangre fría' viera la luz con un final cerrado. Una plegaria atendida. EFE
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