Madrid, 3 nov (EFE).- Un hombre de nacionalidad española, convertido al islam y que caminaba por la localidad de Calonge (Girona) amenazando a transeúntes con cuchillos de grandes dimensiones, será juzgado este martes en la Audiencia Nacional por autoadoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo.
Se enfrenta por estos delitos a una petición de cuatro años y 9 meses de cárcel, según las conclusiones provisionales de la Fiscalía.
"El acusado, fuera del entorno virtual, manifiesta un frecuente comportamiento violento contra vecinos, policías locales y otras autoridades de la localidad de Calonge (Girona), profiriendo amenazas en nombre de Dios, haciéndose llamar soldado de Allah, exhibiendo armas blancas de grandes dimensiones, y poniéndose de manifiesto que ha experimentado un cambio en su apariencia física incardinado en el contexto de la radicalización, que afecta a la vestimenta y la adopción de símbolos asociados con la ideología yihadista", expone el escrito.
Además, fue expulsado y tiene prohibida la entrada a la mezquita de Calonge (Girona), a la que se había unido en febrero de 2023 tras adoptar el nombre árabe de Youseff.
Esta expulsión se produjo por proferir amenazas de muerte en nombre de Allah a distintos asistentes a la mezquita, mostrando una conducta violenta, a la vez que verbalizaba expresiones como “soldado de dios” y “matar a los infieles”.
También tenía intensa actividad en redes. En su perfil de Instagram, publicó un vídeo en el que aparece caminando por la calle gritando a los transeúntes y llevando un cuchillo de grandes dimensiones.
En sus dispositivos electrónicos igualmente fueron hallados numerosos archivos relativos a organizaciones terroristas como Dáesh y Hamás, algunos de ellos "con soflamas y amenazas a España".
También conversaciones en las que "sin solución de continuidad expresa el grito 'Allah Uakbar' y su pretensión de estar preparado para ir al paraíso".
En mensajes de audio habla de sí mismo como "El yihadista". “Chaval que yo soy el yihadista, me llaman así en mi pueblo, que yo estoy zumbado, que estos no saben dónde se han metido”, asegura en uno de ello .
En otro asegura que lleva un destornillador por la vía pública y que no te pueden decir nada por llevarlo: "yo llevo dos y encima los tengo amolados de la punta”.
Entre sus publicaciones también efectúa mensajes intimidatorios: “¿Voy a ir a buscar armamento, vale hermanos? Porque yo soy un guerrero de ala, vale? Soy un guerrero. Ya verás qué armamento tiene el Youssef. Ya verás el Youssef, os va a calentar aquí calonge”
La conversaciones telefónicas que le fueron intervenidas dan cuenta también de su radicalidad a través de expresiones inquietantes del tipo "quiero liarla", "necesito un ejército y una ametralladora" o "la voy a liar y quiero salir en las noticias".
Además de este juicio, el jueves está señalado otro a dos acusados de administrar un grupo en Instagram en el que difundían contenidos de exaltación de grupos terroristas como Dáesh y Al Qaeda. Ambos, de 18 años cuando se produjeron los hechos, se enfrentan a una petición de la Fiscalía de dos años de cárcel por delitos de autoadoctrinamiento y capacitación terrorista.
Pena que les será suspendida por un plazo de tres años en virtud de una acuerdo de conformidad con el fiscal por el que se comprometen durante ese periodo a no delinquir más, a presentarse mensualmente en Comisaría, y a estar obligados a estar localizables mediante aparatos electrónicos que permitan su seguimiento, así como a comunicar cualquier cambio de domicilio.
Además, necesitarán autorización del juez para ausentarse del lugar de residencia, y tendrán prohibido comunicarse con otros condenados por esta causa, así como realizar actividades laborales con afectación a la seguridad pública como en aeropuertos, puertos o centrales nucleares.
Tampoco podrán adquirir precursores susceptibles de utilizar en una atentado terrorista ni tener acceso a entornos virtuales proclives a la radicalización yihadista.EFE