Málaga, 3 nov (EFE).- Un hombre ha sido condenado a dieciséis años de prisión por violar a su hija durante tres años aprovechándose de la influencia que ejercía como progenitor sobre la menor, a la que decía que estaba enamorado de ella y que no comentara nada a su madre porque destrozaría la familia.
El procesado ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Málaga a diez años por la agresión sexual que sufrió la menor, en un determinado momento casi a diario, y a seis años más por la elaboración de material pornográfico ya que realizó numerosas fotos y vídeos a la hija desnuda y en actitud sexual, según la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE.
Las agresiones a su hija comenzaron en 2011, cuando la menor tenía 15 años, y se prolongaron hasta diciembre de 2014, momento en que la joven decidió marcharse de casa y denunciar los hechos.
La primera agresión sexual tuvo lugar en el domicilio familiar, en el que el procesado convivía con su mujer y sus dos hijas, de 9 y 15 años, pero también la agredió en su oficina, ya que la hacía ir con la excusa de limpiar los baños.
El procesado la violó sin usar preservativo y a partir de ese momento las agresiones se produjeron casi a diario en el domicilio familiar, aprovechado que no dormía con su pareja sino en el salón de la vivienda.
La llegó a decir, según los hechos probados, que lo hacía para que "no buscara nada fuera de casa, que estuviera tranquila y que se centrara en los estudios".
El tribunal destaca que para evitar que su hija lo contara, le dijo que si su madre se enteraba destrozaría la familia, razón por la que la menor guardó silencio durante años.
La Sala indica que el acusado le decía que estaba enamorado de ella, que ya no quería a su madre y que la consideraba a ella su pareja, "que todo lo hacía por ella", lo que generó a la menor un sentimiento de culpa y la falsa creencia de que debía guardar silencio para no causar dolor a su progenitora y no destrozar su familia.
El acusado controlaba las entradas y salidas de su hija, así como su uso de las redes sociales y mostraba cierto rechazo a que tuviera relaciones sociales.
A consecuencia de las agresiones, la menor ha sufrido baja autoestima, falta de energía, preocupación, pesimismo, desesperanza, irritabilidad, llanto fácil, miedos, dificultad para concentrase y problemas de memoria, además de sensación de opresión torácica, falta de aire y trastornos digestivos.
Los médicos forenses le han diagnosticado secuelas de por vida y presenta trastorno mixto ansioso depresivo y trastorno de estrés postraumático, además de miedo a ser madre.
El Tribunal también ha condenado al acusado por la responsabilidad civil a indemnizar a la víctima con 150.000 euros.
Por las violaciones se le prohíbe contactar con su hija en su domicilio o en el lugar que frecuente a menos de 500 metros durante quince años y por el delito de elaboración de material pornográfico también se le prohíbe comunicar con ella durante once años.
El procesado fue condenado en julio de 2019 en sentencia de conformidad por el Juzgado de lo Penal número 13 de Málaga por maltrato en el ámbito familiar y malos tratos habituales cometidos respecto de su pareja y madre de sus hijas.
También fue condenado por un delito de amenazas, hechos que ocurrieron en diciembre de 2014, en el ámbito doméstico respecto a la hija a la violó.EFE