Raúl Casado
Madrid, 1 nov (EFE).- Han pasado ya tres días desde que las lluvias torrenciales comenzaran a causar estragos en España, pero la fraternidad, la solidaridad y los gestos más humanos siguen aflorando y las historias más pequeñas acaban convirtiendo a sus protagonistas en grandes héroes en medio de la devastación y el dolor.
"¿Sois bomberos?. No, tus vecinos", se lee sobre una ilustración que Ana ha publicado en su perfil de una red social y que muestra a dos personas encaramadas a un vehículo echando los brazos para ayudar a otra completamente rodeada por el agua; un dibujo que cobra fuerza y que representa con contundencia lo que está ocurriendo en muchos lugares del país.
Proliferan por las redes de forma irresponsable e imparable los bulos, pero sobre todo se han convertido otra vez en esos muros gigantescos sobre los que se están inmortalizando algunas de las historias más humanas que se esconden detrás de cualquier catástrofe, algunos de los testimonios más reconfortantes en medio del dolor que causan las cifras de muertos (158), de personas desaparecidas y las imágenes de la destrucción.
"El pueblo salva al pueblo. Cientos de personas de todos los rincones de Valencia llevan comida y enseres a las personas que lo han perdido todo. La solidaridad es la ternura de los pueblos y sus gentes. Amunt València", escribe Manel, e ilustra sus comentarios con un vídeo en el que cientos de personas se desplazan por carreteras con bolsas de ayuda.
Las trabajadoras de una residencia de Sedaví lograron subir al segundo piso a las 123 personas mayores, y lo hicieron a pulso y en el poco tiempo que tuvieron mientras el nivel del agua iba creciendo en las zonas más bajas del centro. Todos están bien, y el mensaje que acredita su gesto se acompaña ya de una cascada de aplausos, de elogios y de adjetivos como "heroínas", "grandes" o "campeonas".
Durante los últimos días han proliferado los mensajes de personas clamando por el paradero de familiares y amigos de los que no tenían noticia; algunas de las cadenas muestran ya algunas de esas personas, sanas y a salvo tras haber sido refugiadas durante horas en casas de vecinos.
"Esta foto. El sentir de todo el país"; es la imagen captada por un fotógrafo de la Agencia EFE en la que se ve a un militar de la Unidad Militar de Emergencias abatido y cansado reposando sobre la puerta abierta de su vehículo, completamente embarrado. "El sentir del mundo", "millones de gracias", escriben los usuarios, que multiplican aplausos y corazones.
Un vehículo de la Guardia Civil muestra el asiento trasero repleto de perros rescatados; se suceden las imágenes de los rescates efectuados desde helicópteros de los servicios de emergencia; y las de personas arrojando cuerdas o sábanas desde las ventanas para tratar de rescatar a quienes permanecían en las zonas más bajas. Es viral el video del rescate de una mujer aferrada a su perro y sus dos gatos.
Y aunque hay quien critica que se pierda el tiempo rescatando perros, la respuesta que merecen es abrumadora: olvidan que hay perros rescatando gente.
Las redes siguen acumulando cientos de vídeos que muestran la extraordinaria fuerza con que corría el agua, las espeluznantes imágenes de gigantescos barrancos atravesando y destrozando a su paso casas y puentes, arrastrando y amontonando vehículos; son el reflejo, prácticamente en tiempo real, de lo que está viviendo el país. EFE