Madrid, 31 oct (EFE).- La investigadora Marta Olazabal, experta en cambio climático y resiliencia urbana del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3), ha subrayado la importancia de evitar, en las labores de reconstrucción de los daños causados por la dana y en la planificación urbanística, los mismos errores que se han cometido durante el pasado y que se siguen repitiendo en el presente.
Y entre esos errores, Marta Olazabal ha apuntado a EFE los proyectos de urbanización, reurbanización y de regeneración de calles y zonas urbanas, que no se atienda en la planificación la necesidad de generar zonas más permeables o que se siga construyendo en zonas inundables, ya que fenómenos como el que está sacudiendo al este peninsular van a ser cada vez más frecuentes e intensos a causa del cambio climático.
Olazabal, adscrita al BC3, coordina en la actualidad el proyecto europeo de investigación "Imagine Adaptation", que aborda la necesidad urgente de evaluar la adaptación al cambio climático en las zonas urbanas.
Fenómenos meteorológicos como el que ha sacudido a la mitad este -que ha causado casi un centenar de muertos y efectos devastadores sobre edificios e infraestructuras-, no son nuevos y se han repetido durante siglos, "pero con el cambio climático son más frecuentes y de mayor magnitud", ha observado la investigadora, quien ha subrayado la trascendencia de los planes de emergencia, de las alertas tempranas o de la capacidad de respuesta durante y después de la catástrofe.
Marta Olazabal ha incidido en que esos factores "son críticos a la hora de disminuir los daños humanos y económicos de estos eventos, que seguirán ocurriendo", y ha observado que la gravedad de un episodio como éste no se debe sólo a la magnitud del fenómeno meteorológico, sino que intervienen las características de la urbanización y de las infraestructuras o las condiciones socioeconómicas.
A su juicio, sería necesario ir despejando las construcciones que se asientan sobre zonas inundables y legislar para impedir urbanizar sobre ellas, y ha destacado en ese sentido la importancia del liderazgo político y de la financiación para "mover" a las personas que viven en esas zonas.
"Cuando son zonas en las que ya han ocurrido catástrofes es fácil convencer a la gente; es más complicado desocupar zonas que están en riesgo" pero aún no han sufrido esos efectos, según Marta Olazabal, y ha incidido en que las decisiones políticas se deben orientar con criterios técnicos y científicos y atender cambios globales como el cambio climático para evitar los efectos devastadores de este tipo de fenómenos.
Olazabal ha apuntado que existen ya muchas experiencias en varios lugares del mundo en los que se están desocupando áreas urbanizadas y ocupadas y que están en riesgo de sufrir inundaciones, tanto en barrancos o laderas de ríos como en zonas costeras amenazadas por la subida del nivel del mar, mientras que en muchos sitios se sigue urbanizando de forma tradicional y ocupando muchas de esas áreas.
Ese urbanismo tradicional "nos impide ser resilientes al cambio climático", ha señalado la investigadora, quien ha destacado la importancia de conservar y regenerar ecosistemas como las marismas, las dunas, los meandros o los ríos, para que éstos puedan hacer frente a las grandes avenidas de agua, o el interés también que cobran las "infraestructuras verdes" dentro de las ciudades.
Y ha incidido en que la arquitectura, el diseño urbano, las tecnologías y las nuevas formas "deconstructuvas" deben ir siempre acompañadas de decisiones políticas, legislativas y de financiación para acometer cambios que son trascendentales para afrontar fenómenos meteorológicos intensos "que cada vez van a ser más recurrentes y con más magnitud". EFE