Enrique Bermúdez
Álora (Málaga), 30 oct (EFE).- El pueblo de Álora, de menos de 14.000 habitantes, trata de recuperar parte de su normalidad tras el temporal que azotó hace 24 horas a este y otros municipios malagueños cercanos como Cártama, Pizarra o Alhaurín de la Torre, donde el desbordamiento del río Guadalhorce provocó importantes inundaciones.
En la barriada de la Estación de Álora, al pie del río que ayer se desbordó, nadie habla de otra cosa. En conversación con EFE, varios vecinos explican cómo vivieron unas horas dramáticas en las que llegaron a caer 178 litros, con decenas de personas rescatadas: "El agua hacía mucha falta, pero no así".
En la terraza de uno de sus bares, resguardados bajo un toldo de la lluvia que todavía persiste, aunque lejos del temporal de ayer, todos comentan el "destrozo" que ha causado la dana en esta zona del Valle del Guadalhorce.
No se esperaban una crecida del río de tal magnitud a pesar de las previsiones meteorológicas, aunque no son inexpertos en el asunto. En 2012 una riada causó daños similares en el pueblo e incluso se llevó por delante el "puente de hierro", del que una parte descansa a modo de monumento en una rotonda a escasos metros del río y de ese bar.
A pesar de que la tranquilidad va volviendo, en el pueblo, que fue el epicentro del temporal en Andalucía, no dejan de mirar de reojo al río Guadalhorce, porque parece que "viene crecido" de nuevo, aunque la bajada de las lluvias no hace presagiar nada similar a lo ocurrido.
No pueden ducharse porque el pueblo está sin suministro de agua potable por los daños de las inundaciones y se quejan de la "falta de limpieza" en el río, pero no pierden la perspectiva, al menos ahora tendrán más reservas de agua en un embalse que estaba "casi seco", en mínimos históricos.
Además, son conscientes de que "el drama está en Valencia", donde la cifra de fallecidos no para de aumentar. En Málaga solo un fallecido, aunque en el momento de la conversación ni siquiera se conocía.
El dato lo ha dado el presidente de la Junta, Juanma Moreno, quien minutos después llegaba a la zona para conocer los daños.
La visita ha despertado el interés de muchos vecinos de la zona, que esperan algunas ayudas para la reparación de infraestructuras y cultivos. El que sí se ha beneficiado ya es un bazar chino de la zona, que casi agota los pares de botas de agua para los periodistas que han llegado.
El presidente andaluz ha visitado, junto al alcalde, Francisco Martínez, una zona del río que ayer se desbordó, donde el agua arrastró a numerosos coches de trabajadores de una empresa de construcción, que ahora están apilados junto al cauce.
Mientras algunos periodistas esperan en la zona al presidente, a duras penas aparece un vecino por el cauce del río, entre troncos y barro, que viene de visitar su pequeña cabaña de chapas junto al cauce: "Creía que las gallinas estaban ahogadas, pero siguen vivas", agradece.
El camino desde Álora hasta Málaga, donde desemboca el río Guadalhorce, deja un rastro de campos inundados, la mayoría de cítricos, y un continuo barrizal junto a un río revuelto y lleno, a pesar de la sequía: "Lo malo es que todo este agua va al mar", se lamentan los vecinos. EFE
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