Stefan Sagmeister: "Estoy totalmente a favor de la fealdad hecha a propósito"

Stefan Sagmeister reflexiona sobre la importancia de la belleza y la funcionalidad en el diseño, promoviendo la “fealdad hecha a propósito” y defendiendo un enfoque optimista hacia el futuro

Guardar

José Luis Picón

Málaga, 30 oct (EFE).- El austriaco Stefan Sagmeister, uno de los grandes nombres internacionales en el mundo del diseño, considera que tan importante es la belleza como la funcionalidad, y se confiesa "totalmente a favor de la fealdad hecha a propósito".

"Cuando visitamos los barrios más feos, donde se vende comida rápida o se pueden comprar muebles de segunda mano, vamos porque podemos obtener algo, pero no se nos ocurriría pasar unas vacaciones allí. No son feos porque alguien lo hiciera a propósito, sino porque no los cuidaron. Pero si esa fealdad es perseguida, sí estoy de acuerdo con ella", asegura en una entrevista con EFE.

Sagmeister, que este miércoles inaugura en el centro de cultura contemporánea La Térmica de Málaga 'Better', su primera exposición en España, pone al mismo nivel la belleza y la funcionalidad.

"En la segunda mitad del siglo XX, bajo la etiqueta de la funcionalidad, se aceptaban algunos proyectos como buenos, por ejemplo, viviendas públicas en los 70 que parecían hormigueros para que cupiese tanta gente como fuese posible. Al no buscar la belleza, esas viviendas quedaron deshabitadas años más tarde, porque la belleza es una aspiración humana".

Sostiene que, al 50 por ciento, la belleza es objetiva, "y en cualquier cultura o país estamos de acuerdo en elementos comunes, como que el azul es el color más atractivo y la forma más bella, el círculo".

"Pero hay otro 50 por ciento que depende del individuo, del bagaje anterior, de lo que haya visto antes. Si ha visto poco, estará menos abierto a lo nuevo, pero, si ha cultivado la mirada, estará más abierto a adoptar algo singular como bello".

Para Sagmeister, en el mundo actual estamos "rodeados de diseño, desde esta grabadora, este bolígrafo, este cuaderno o nuestra ropa, por lo que tiene repercusión en nuestras vidas".

"Un buen diseño puede tener un efecto positivo, puede influenciar cómo nos sentimos, y eso puede afectar a nuestros comportamientos. Es una gran responsabilidad y privilegio que tenemos los diseñadores".

¿Y podrá la inteligencia artificial sustituir al diseñador? "El nivel de sofisticación es tan alto, que habrá áreas donde se imponga".

"He estudiado en profundidad el pasado del diseño y me lleva a pensar que, cuando los efectos colaterales se superen, será más el bien que haga que el mal, como el martillo se usa más para construir casas que para matar al vecino".

Con su exposición en La Térmica quiere demostrar, con datos, que ahora el mundo es mejor que en el pasado en aspectos como la esperanza de vida, la salud, los derechos humanos o el conocimiento.

"Creo que nací siendo optimista, pero además es un modo eficaz de ver las cosas, porque si tenemos que afrontar un problema y las posibilidades de resolverlo son del 50 por ciento, si lo vemos de forma optimista pueden subir hasta el 75 por ciento. Es también un enfoque práctico para la vida".

Pero en la sociedad actual impera un mensaje pesimista, a su juicio "por una serie de razones combinadas, la primera la inmediatez de los medios de comunicación, que publican a corto plazo, y porque los escándalos, catástrofes y lo negativo copan más atención que lo positivo".

"Además, una amígdala de nuestro cerebro es más receptiva a lo negativo, y nuestra condición humana se siente más atraída por lo negativo. Si cualquier periódico publicara solo noticias positivas, cerraría en tres o cuatro semanas".

Su mensaje optimista encaja como un guante con un espacio como La Térmica. "No podía haber un lugar mejor para mi exposición, porque relata justo mi discurso. Este edificio era antes un orfanato y ahora es un centro cultural, lo que demuestra que vivimos en un mundo mejor".

Al preguntársele cómo lleva lo de ser considerado una estrella, cita una frase del músico Paul Simon, que dijo que "un poco de fama es deseable, pero mucha fama es fatídica".

"Yo tengo la suerte de ser reconocido en el mundo del diseño, pero fuera soy un desconocido, y eso tiene muchas ventajas. Puedo disfrutar de una parte de reconocimiento deseable, pero esa otra fama abrumadora de clientes míos como Mick Jagger, de no tener libertad para salir a la calle, no sería nunca para mí". EFE

(Foto)

Guardar