Madrid, 30 oct (EFE).- El Ministerio para la Transición Ecológica ha desmentido que el Gobierno haya derribado cuatro embalses en Valencia en respuesta a mensajes que se están haciendo virales en redes sociales en los que se acusa al Ejecutivo de haber agravado la situación por las inundaciones en la región al eliminar pantanos
"Franco, tras la riada del 57, ordenó construir el nuevo cauce, junto a una serie de pantanos y embalses que contuvieran el agua de estos fenómenos. Este Gobierno ha demolido 4 de estos pantanos y aquí tenemos el resultado", reza una publicación, tras la que han proliferado los mensajes en contra del derribo de presas.
En un comunicado, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) desmiente que el Gobierno haya demolido cuatro pantanos en Valencia ni 200 embalses y presas en España en estos últimos años, algo que "además de falso, es imposible".
En la nota, Miteco subraya que no se debe confundir la eliminación de barreras fluviales, como azudes o pequeñas presas en desuso, con la eliminación de pantanos de grandes dimensiones.
Eliminar barreras evita inundaciones
"Esta política de disminución de obstáculos fluviales está orientada principalmente a pequeños azudes o saltos de agua de pocos metros que hoy están en desuso" y que, entre otras razones, se eliminan por el riesgo que suponen durante inundaciones o avenidas, ya que aumenta la virulencia de las mismas.
La Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, iniciada en 2005, es fundamental para la prevención de inundaciones, "unas catástrofes naturales que se agravan debido a la alteración humana de las áreas fluviales".
Además, detalla que las únicas infraestructuras demolidas en la provincia de Valencia en las últimas décadas han sido el azud del Corindón en 2017, en el cauce del Turia, con una altura de 1,50 metros; y azudes en la Rambla de L'Algoder, en 2006.
El año pasado se eliminaron 487 barreras fluviales obsoletas, como presas o azudes, ubicadas en ríos de Europa, un récord histórico que representa un aumento del 49,8 % respecto a 2022 y multiplica por casi cinco el dato de 2020 (101 derribos), según el último informe de la coalición conservacionista Dam Removal Europe.
Estas actuaciones se llevaron a cabo en 15 países, liderados por Francia, con 156 infraestructuras suprimidas, y España, con 95.
El 46 % de las barreras eran presas, el 36 % colectores y el 12 % represas. El 78 % de ellas tenía menos de 2 metros de altura.
Su eliminación permitió reconectar más de 4.300 kilómetros de hábitat fluvial, impulsando la biodiversidad, restaurando ecosistemas y mejorando la resiliencia climática, algo fundamental para poblaciones, economías y naturaleza, según la misma fuente.
Estas barreras también modifican el nivel del agua e impactan la recarga de acuíferos, al tiempo que suponen un riesgo para los humanos, pues conllevan la formación de corrientes subterráneas fuertes que ponen en riesgo a aquellos que se acercan a ellas. Se calcula que han costado la vida a unas 129 personas por ahogamiento en los últimos años en Europa.
Además, las cada vez más intensas tormentas e inundaciones por el cambio climático también están aumentando el riesgo de colapso de las presas, sobre todo de las más antiguas, lo que supone una amenaza para vidas, propiedades y economías. Según el informe, en 2023 se derrumbaron al menos tres barreras por fuertes lluvias en Noruega, Irlanda y Eslovenia.EFE