Madrid, 30 oct (EFE).- El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, ha asegurado que, si bien la reforma laboral sirvió para convertir en indefinidos contratos temporales que cubrían necesidades estructurales, lo cierto es que el modelo productivo de España sigue teniendo unas necesidades volubles de empleo.
"Mientras no cambie el modelo productivo y sigamos siendo un país con una volatilidad elevada, la reforma puede haber convertido contratos temporales en indefinidos (...), pero las necesidades de flexibilidad y tiempo no han variado", ha señalado.
La reforma laboral, que entró en vigor a comienzos de 2022, eliminaba figuras como el contrato por obra y servicio e implementaba otras de carácter indefinido como el fijo discontinuo, con el objetivo de reducir una temporalidad que consideraba en muchos casos fraudulenta y fuente de precariedad laboral.
Desde entonces, se ha registrado una reducción significativa de la contratación temporal, reduciéndose 10 puntos la tasa de temporalidad hasta el 16,4 %, y un auge de la indefinida, pero gracias en parte al impulso del contrato fijo discontinuo.
Sin embargo, el modelo productivo del país no sólo no ha cambiado sino que "se ha reforzado el peso económico que tiene el sector servicios, con una dependencia mayor del turismo, así como la industria agroalimentaria, que tiene un factor estacional", ha explicado Cruañas.
La realidad del país es que "la temporalidad es necesaria para muchos sectores", pero siempre que esté justificada y se ajuste a la normativa de salarios y tiempos de trabajo, sin "abusos".
En este sentido, ha puesto en valor el servicio de las empresas de trabajo temporal (ETT), que intermedian unos 5.000 millones de contratos en los que se garantizan por ley los salarios y condiciones de la empresa usuaria, permitiendo al final "una mayor ocupación del tiempo de trabajo más extendida".
En concreto, las ETT intermedian un 15 % de los contratos fijos discontinuos que se realizan en España, con una media de seis llamamientos por persona, frente a las 4 que gestionaban el año pasado.
Desde Asempleo, defienden las bondades que la reforma laboral ha dejado en el mercado de trabajo, con un crecimiento interanual de la ocupación del 8 % y un saldo cercano al millón y medio de afiliados.
Estos datos se acompañan de un descenso del 17,5 % del desempleo desde que se aprobó la reforma, con más de medio millón de desempleados menos, lo que ha dejado la tasa de paro en el 11,21 %, con 2,75 millones de personas.
No obstante, destacan, España sigue estando a la cola en la Unión Europea (UE) en términos de desempleo y es el único país europeo con una tasa que supera el doble dígito.
En este sentido, destacan la diferencia que existe en España entre el volumen real de trabajo y el deseado por los trabajadores, lo que se llama "holgura del mercado laboral".
Esta holgura incluye el número de parados, los empleados a tiempo parcial no deseado, las personas disponibles para trabajar que no buscan empleo y las que buscan empleo pero no están disponibles en este momento.
Esta holgura se ha reducido siete puntos desde que se aprobó la reforma laboral hasta situarse en el segundo trimestre del año en el 19,4 %, lo que sigue dejando a España como el país con unas mayores "necesidades insatisfechas de empleo".
Para Cruañas, entre los obstáculos del mercado laboral español destacan también el desempleo juvenil (del 26,9 %, el segundo más elevado de la UE), la sobrecualificación de los trabajadores y el paro de larga duración.
También apunta a la inadecuación entre oferta y demanda, situando a España junto con Rumanía entre los países con más desempleados (2,75 millones) por cada puesto de trabajo ofertado sin ocupar (150.000 vacantes). EFE