Madrid, 29 oct (EFECOM).- El Banco Santander ha advertido este miércoles, una vez más, del impacto negativo que ven para la economía del impuesto extraordinario a la banca que, según sus cálculos, restaría 50.000 millones de crédito, sin embargo, ha descartado retirar negocio de España si el Gobierno decide hacerlo permanente.
En rueda de prensa para presentar los resultados del grupo, el consejero delegado del Santander, Héctor Grisi, ha dicho que harán "todo lo posible" para evitar que el gravamen sea permanente, pero ha dejado claro que en ningún caso se ha barajado mover negocio de España.
"El banco es español y jugamos para España", ha añadido Grisi, que ante las distintas preguntas sobre la posibilidad de que el Gobierno haga el impuesto permanente, ha pedido paciencia para ver lo que sucede y tirando del refranero mexicano ha dicho: "primero necesitamos el pollo para hacer el caldo".
En lo que más ha incidido es que en un ciclo económico malo, el impuesto podría "golpear" a la economía española, puesto que los bancos tendrían 50.000 millones menos para financiar a familias y empresas. Sin pasar por alto que "ningún país tiene un impuesto a los beneficios extraordinarios del sector más allá de 2024".
La receta del banquero si el Gobierno quiere aumentar los ingresos tributarios es fomentar la inversión, algo que aplica a toda Europa, "campeona en regulación, pero no en crear incentivos".
Grisi ha tendido la mano a hablar con el Ejecutio -"siempre estamos abiertos al diálogo"- para explicar las consecuencias negativas que tendría sobre el crédito mantener el impuesto, pues teme que se puedan tomar decisiones "en un buen momento" sin entender que pueden venir tiempos de crisis. EFECOM