Sevilla, 29 oct (EFE).- El escritor Manuel Rivas, Premio Nacional de las Letras 2024, ha asegurado que en tiempos de confrontación "la literatura sirve para desactivar el odio que provoca el incendio" y es "un acto de resistencia".
Así lo ha dicho el narrador gallego esta tarde en Sevilla, donde se encuentra para presentar mañana en la feria del libro de la ciudad andaluza su última novela 'Detrás del cielo' (Alfaguara),
Rivas ha indicado que "el trabajo literario es igualmente una ecología, por cómo se utilizan los eufemismos y por como se utilizan las palabras, como piedras arrojadizas y como puñaladas; y es ese ambiente de terror semántico lo que lleva a lo que llaman polarización".
Sobre su actividad periodística y literaria, sobre su cultivo de la novela, el relato, el ensayo y la poesía, ha dicho que los géneros "están entretejidos" y que "escribir tiene esa condición de zurcido invisible", pero que él escribe con el mismo interés y la misma exigencia un reportaje que un cuento.
Aunque ha matizado que "la célula madre de todo es la poesía, porque la poesía más que un género es la manera de trabajar con las palabras", ha explicado que "la literatura trabaja con el sentir y el pensar y esos dos hemisferios están conectados por la poesía".
El escritor ha recordado el primer verso del primer poema que escribió cuando empezó a colaborar en prensa con solo quince años, cuando también hacía una revista en el instituto: "De hablar, hablaré con la tierra", y desde aquel primer verso, ha asegurado, "fue incrementándose la lógica del asombro".
"El asombro porque hay muchas cosas extrañas en el mundo pero lo más extraño de todo es el ser humano; también es asombroso que siga habiendo vida salvaje; soy un escritor panteísta, creo que todo nos dice cosas y que hay que escuchar la naturaleza -la naturaleza ya no se puede mirar de manera contemplativa- y su grito de supervivencia".
Sobre su obra, ha dicho tener la sensación de escribir un solo libro "que se va ensanchando, como si la literatura fuera un recurso para explicar el lado oscuro que no puede explicarse con una tesis, un discurso o un sermón; uno escribe para luchar contra la estupidez y para estar en estado de alerta permanente; no me interesan los estereotipos, el bueno y el malo, sino los matices y la complejidad y la fragilidad humanas".
De la literatura ha asegurado que es un trabajo solitario pero no tanto porque su primera herramienta debe ser escuchar: "Ninguna tecnología iguala la capacidad de escuchar a los demás; la lengua que se hablaba a mi alrededor era la lengua gallega, pero en la escuela nos decían que eso era hablar mal; pero eso para mí era un ambiente muy creativo".
"A veces las tradiciones son las tres, pero otras te permiten volar, fermentar, y me siento muy agradecido a esa tradición de imaginación y de humor gallego heterodoxo, a ese camino de luciérnagas que son los escritores en los que he bebido y de los que me he alimentado; agradezco ese vivero".
Del premio que ha recibido hoy ha señalado que "la literatura, la cultura y las lenguas son para compartir y no para competir" y que ha sido tan inesperado que cuando le han llamado por teléfono para comunicárselo creyó que era un primo suyo que hace imitaciones y es muy bromista.
Luego se dio cuenta de que se trataba del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que le llamaba para darle "una buena noticia", mientras que él estaba ensimismado siguiendo el aguacero que durante todo el día de hoy ha caído en la ciudad de Sevilla acompañado de truenos: "En ese momento estaba pensando en una leyenda celta que dice que se iban a caer las vigas del cielo". EFE
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