Madrid, 28 oct (EFE).- ¿Hasta dónde somos capaces de asumir situaciones en las que se ejerce una masculinidad tóxica? "Queda mucho camino por recorrer", admite Daniel Veronese, que adapta y dirige la obra 'Encuentros breves con hombres repulsivos', de David Foster Wallace que este lunes se estrena en el Teatro Bellas Artes.
El libro 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' (1998), de Wallace, llegó a manos de Daniel Veronese (Buenos Aires, 1955) hace años, y rápidamente, cuando lo leyó, vio que entre sus 23 relatos ocho de ellos eran "muy teatrales".
A partir de ahí, empezó a componer un juego de replicas entre dos actores, Gustavo Salmerón y Jorge Bosch -en España, la obra se ha estrenado en Argentina y Buenos Aires con otros intérpretes-, en las que se intercalan el papel masculino y el femenino en cada una de las historias.
"Son monólogos intervenidos", indica Veronese, que se sirve de una escenografía sencilla, una mesa, dos sillas y un timbre de hotel, que marca el inicio y el final de cada relato.
Un diálogo, a veces casi mudo, sobre una relación entre un hombre y una mujer en el que ellos se muestran manipuladores, paternalistas, contradictorios, inseguros, crueles, con el uso principal de la palabra que hiere como una cuchilla afilada.
"Poner a un hombre y a una mujer cara a cara es ponernos a nosotros mismos frente a un espejo ante situaciones que hemos vivido y en las que no hemos sabido percibir ese patriarcado" que ha condicionado la vida de las mujeres. "Situaciones que hemos normalizado y aceptado".
El director asegura que son situaciones que siguen pasando, "algo ha cambiado, pero nos va a llevar tiempo".
Para Jorge Bosch el reto era no juzgar a los personajes, "que de entrada no caigan mal"; aunque "lees el texto y piensas: bueno, tampoco el tipo este es tan horrible, pero, si lo analizas un poquito más, te das cuenta de que es un manipulador".
Historias, apunta Gustavo Salmerón, con las que nos podemos sentir identificados. Un texto difícil que recuerda "comportamientos que has visto, incluso piensas que en tu juventud has podido actuar de esa manera. Micromachismos difíciles de detectar".
Veronese remarca que "mo es el hombre, es el patriarcado, la sociedad está impregnada de ello", y que confía en poder hacer coloquios tras la función para palpar qué sucede ahora en situaciones -señala- que no solo se dan en la pareja, también en las relaciones laborales, con los padres o los amigos.
"No es una obra feminista, denuncia el patriarcado", y añade que pese a que van cambiado los paradigmas, y hay una corriente en favor de las mujeres con historias donde los guerreros son ahora guerreras, los reyes son ahora reinas, "sigue siendo el hombre el que tiene el poder", sentencia Veronese. EFE
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