Irun (Gipuzkoa), 28 oct (EFE).- El Bidasoa-Irun afronta su cita más importante hasta la fecha en la fase de grupos de la Liga Europea ante el CSM Constanta rumano, que le venció la pasada semana por 5 goles de diferencia y que si vuelve a ganar en Artaleku dejará al equipo de Álex Mozas en situación límite en la competición continental.
El grupo de los bidasotarras es el más equilibrado de la segunda categoría del balonmano europeo, porque sus cuatro integrantes tienen tres puntos y cualquier despiste se pagará caro.
El conjunto guipuzcoano tiene la opción de sumar su primer triunfo como local, ya que el otro encuentro que ha disputado en casa, ante el Chrobry Glogow polaco, finalizó con un afortunado empate con el tiempo a cero (33-33) que ahora cobra un inmenso valor a la vista de los resultados obtenidos por sus rivales.
El Constanta de Rumanía es un gran equipo, como demostró la pasada semana con una victoria convincente ante Bidasoa (35-30), a pesar de sus problemas económicos y es que cuenta con un poderoso lanzamiento exterior en el que sobresale el exjugador de Granollers Andrei Buzzle y un pivote de recursos con el argentino Gastón Mouriño, con pasado en el club de Irun.
Todo lo que no sea ganar será un gran paso atrás porque luego quedará la visita del líder de la liga sueca, Ystads, y una última jornada en la que pocos en el Bidasoa quieren ir a Polonia con los deberes sin hacer, por lo que las dos comparecencias consecutivas en casa son la mejor opción para seguir vivo en Europa.
Álex Mozas tiene una amplia plantilla a su disposición tras recuperar en el triunfo contra Frigoríficos del Morrazo del pasado sábado al lesionado Julen Mujika, por lo que la principal duda sería la del brasileño Pedro Pacheco, que cuenta con escasa opciones de entrar en la lista para este compromiso europeo. EFE
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