Aragonès abre una etapa alejado del día a día político y con una tesis doctoral a la vista

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Barcelona, 28 oct (EFE).- Pere Aragonès, que cedió la presidencia de la Generalitat a Salvador Illa el pasado mes de agosto, encara una nueva etapa vital con la voluntad de no incidir ni opinar del día a día de la política catalana y ya matriculado en la Universidad de Barcelona para hacer una tesis doctoral sobre políticas industriales.

Instalado desde la semana pasada en un edificio adyacente al Palau de Pedralbes, titularidad de la Generalitat, Aragonès, que fue el president más joven y es ahora el expresident de menor edad, prevé desde su nueva posición "reivindicar el legado" de su Ejecutivo desde tres ámbitos.

El primero, cómo su Govern rehizo puentes con las instituciones europeas, prácticamente rotos durante los años más convulsos del 'procés'; el segundo, las políticas industriales y del ámbito de la investigación; el tercero, aquellas medidas "progresistas" y relativas a la cultura y a la lengua catalana, así como el proceso de negociación abierto con el Ejecutivo central de Pedro Sánchez.

Así, durante los próximos meses se dedicará a preparar una suerte de "repositorio" de lo hecho durante sus tres años y medio como presidente de la Generalitat, para ponerlo al servicio de partidos políticos o académicos interesados en la materia.

Aragonès se compromete a mantener "un rol discreto" desde su nueva posición, ya que cree que esto es lo que debe hacer un expresident.

Tampoco prevé intervenir en la vida interna de ERC, más allá de haberse mostrado públicamente partidario de la lista Nova Esquerra Nacional, la principal candidatura opositora a Oriol Junqueras, quien quiere volver a hacerse con la presidencia del partido.

No se ve hoy volviendo algún día a la política, si bien las citadas fuentes admiten que "la vida es muy larga" y no cierran del todo la puerta a esta posibilidad.

Su tesis doctoral, a la que se dedicará a tiempo parcial, estará centrada en las políticas industriales llevadas a cabo en el último medio siglo en distintos puntos de Europa, entre ellos Cataluña. También será materia de estudio el funcionamiento de la banca pública.

Con apenas 41 años, Aragonès es consciente de que su etapa como expresident no será "un puente" hacia la jubilación, como sí sucede con otros exmandatarios de edad más avanzada.

Deberá por tanto encontrar una nueva ocupación dentro de unos años: descartado ejercer la abogacía -es licenciado en derecho-, intentará que el trabajo que haga sea compatible "legalmente y éticamente" con su cargo de expresident, sin descartar centrarse en la vida académica.

Percibirá, tal como fija la ley, el 80 % de su sueldo de presidente de la Generalitat durante los próximos cuatro años -unos 108.000 euros brutos anuales-, si bien su oficina sí seguirá operativa más allá de este periodo de tiempo.

A partir de los 65 años tiene derecho a percibir una jubilación correspondiente al 60 % de su sueldo como presidente catalán. EFE

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