Barcelona, 27 oct (EFE).- Reducir el absentismo laboral, mejorar la productividad y compaginar la vida laboral y personal de los trabajadores de manera más efectiva son algunos de los motivos por los que las empresas consultadas por EFE han implementado la reducción de la jornada antes de que lo obligue la ley.
En plena negociación sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, y a falta de saber si la patronal se unirá o no al acuerdo, algunas empresas ya aplican con éxito esta medida entre sus trabajadores.
En España, el 90,4 % de los empleados trabajan 40 horas semanales, según datos de la compañía de servicios de información y software para profesionales Wolters Kluwer, que gestiona más de 4,5 millones de nóminas al mes.
El 2 % de los trabajadores están situados en 37,5 horas, mientras que un 5,8 % realiza menos de 40 horas, pero está por encima de las 37,5; y un 2,2 % está en 35 horas semanales.
Por tamaños de empresa, aquellas con menos de 10 asalariados son las que más mantienen la semana de 40 horas (el 96,89 %), mientras que en las medianas, de entre 51 y 250 personas, el porcentaje de semana de 40 horas cae al 86,91 % y el 8,75 % de los trabajadores se sitúa entre 35 y 38 horas.
La directora gerente de ASHO, Ruth Cuscó, ha explicado a EFE que desde que la empresa, dedicada a la codificación de diagnósticos y procedimientos médicos, empezó a contratar personal en 2012 ya implantó las 35 horas semanales, con el fin de mejorar la calidad de vida y compaginar mejor vida personal y laboral.
Además, los meses de julio, agosto y septiembre todos teletrabajan, así como la semana de Semana Santa y la de Navidad.
"El trabajo de codificación necesita mucha concentración, es muy monótono y resulta muy cansado estar ocho horas poniendo códigos en un ordenador", asegura Cuscó, que está satisfecha con la productividad de sus empleados y cree que trabajando menos horas "se reduce" el absentismo laboral al estar menos estresados.
En los últimos años, la empresa ha entrado en el mundo del software de inteligencia artificial, para lo que ha incorporado a varios ingenieros, de los que algunos han optado por hacer 40 horas semanales, ya que realizan tareas más creativas y trabajan siete horas al día en la oficina y el resto en casa cuando ellos deciden.
"La mayoría de trabajadores de IA son ingenieros y gente muy joven, que valora mucho el tiempo. Cuánto más tiempo y más flexibilidad les ofreces, más productivos son", ha asegurado la responsable de esta compañía barcelonesa que factura dos millones de euros al año y cuenta con unos 27 empleados.
En la alimentaria Ahumados Domínguez, la plantilla tiene una jornada de 36,75 horas a la semana (38 horas por convenio, más una reducción adicional de 15 minutos diarios), que se ordenan en jornadas continuas.
El director de Recursos Humanos de la empresa, Héctor García, señala a EFE que esta medida ayuda a reducir el absentismo laboral.
La cooperativa de consumo Somos Conexión, con sede en El Prat (Barcelona), implantó las 37,5 horas semanales desde su puesta en marcha hace 10 años con el objetivo de dar más tiempo a los trabajadores para "cuidarse, descansar y dejar espacio para la vida", tal y como explica a EFE la socia fundadora Mercè Botella.
La "flexibilidad" en la jornada es otro aspecto "fundamental" para Botella y lo que realmente marca la diferencia. "El hecho de pasar de 40 horas semanales a 37,5 con un horario rígido se nota poco si no hay cierta flexibilidad", ha añadido.
Esta flexibilidad pasa por que cada persona trabaje 37,5 horas semanales y se organice su tiempo con el equipo al que está asignada, aunque las horas de atención al cliente son fijas, de 10.00 a 14.00.
La empresa además permite trabajar presencialmente dos días a la semana y el resto desde casa, lo que hace que los empleados ahorren el tiempo de desplazamiento entre la casa y el trabajo.
Somos Conexión factura unos 3,5 millones al año, tiene 35 trabajadores y cuenta con 9.500 socios en todo el territorio español, especialmente en Cataluña.
Núria Iglesias es la responsable de recursos humanos de la cooperativa de energía renovable Som Energia. Con sede en Girona y 140 trabajadores, la empresa facturó 95 millones de euros en 2023.
Desde su puesta en marcha en 2012, los trabajadores de Som Energia han tenido la posibilidad de elegir entre una jornada laboral de 30 o 40 horas semanales y, desde el 1 de enero de 2023, las opciones oscilan entre 30 o 35 horas semanales.
Por ello, cuando implementaron la reducción de jornada ya había personas que trabajaban menos horas y, por tanto, el impacto no fue tan grande, aunque, al principio, hubo "dudas e incertidumbres" por parte de algunos trabajadores, que se preguntaban cómo podrían sacar adelante todo el trabajo.
Según Iglesias, la empresa decidió implementar la jornada de 35 horas semanales por el "compromiso" que tienen para favorecer la conciliación de los trabajadores, tras hacer un análisis bastante extenso de lo que supondría esta medida.
"Vimos que, en principio, la productividad no tenía que verse afectada si también cumples otros factores y no haces trampa, como añadir horas extras", ha señalado Iglesias, aunque tuvieron que contratar a 3 personas para contrarrestar el efecto de la reducción de jornada en algunas áreas que necesitan un horario más amplio, como es la de atención al cliente.
También Iglesias considera que la "flexibilidad es muy importante", casi un "elemento imprescindible para que la medida pueda funcionar".
El resultado de esta experiencia ha sido "muy bueno" y la productividad "se ha mantenido muy bien". Además, la empresa tiene muy buen nivel de satisfacción laboral y un índice de rotación muy bajo. EFE
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