Olga Martín
Madrid, 24 oct (EFE).- María Ángeles Ruiz Castillo, la portera española con más internacionalidades (176), formalizó este jueves tras más de 20 años de carrera su retirada del hockey, "una decisión madura" al final del ciclo de París 2024, en el que después de se madre hace dos años ha hecho "un sobresfuerzo con la conciliación y el deporte".
Acompañada de su familia, compañeras del Club de Campo y la selección y del presidente de la comisión gestora de la Federación de Hockey (RFEH), Santiago Deó, la jienense (Alcalá la Real, 1990) dio las gracias a todos los que han sido parte de su carrera en un emotivo acto en el Consejo Superior de Deportes (CSD), donde agradeció también la posibilidad de formarse en el CAR de Madrid.
Titular durante 12 años en el Club de Campo, con el que ha logrado 5 ligas y 8 copas, además de bronce en el Mundial de 2018 y el Europeo de 2019 y olímpica en Tokio 2020 y Río 2016, Ruiz destacó que el hockey pasó de "ser un juego a una forma de vivir" para ella y que cuatro meses después de ser madre volvió con "más fuerza" y desde entonces no fue "una persona sino tres", antes de repasar en una entrevista con EFE la carrera que acaba ahora para retomar su profesión como fisioterapeuta afincada en Granada.
- Pregunta (P): ¿Cuándo decidió retirarse, habría sido diferente si hubiera ido a los Juegos?
- Respuesta (R): Ha sido una reflexión madura hace tiempo. Desde que volví a jugar cuando tuve al bebé ya veía que mi tiempo se iba a acabar. Me puse el límite del ciclo de París, porque creía que era el momento de dar un paso al lado después de 20 años. Mi decisión era independiente de estar en los Juegos o no. Durante este último periodo, con la maternidad, yo tenía como un sobresfuerzo con la conciliación, la familia y el deporte.
- P: ¿Cree que realmente se puede compaginar la maternidad con el deporte de alto nivel como el suyo?
- R: No quiero ser pesimista, pero creo que es muy complejo, porque tienes que tener al lado una persona, que yo he tenido la suerte de tener, que te siga el ritmo en conciliación; que su trabajo le permita estar a la demanda del tuyo, que es el deporte. No haría un juicio de sí o no, pero tienen que articularse muchos organismos para que la jugadora profesional pueda seguir haciendo el deporte y estar también contenta con el hecho de ser madre.
- P: ¿Cree que falta sensibilidad?
-R: Como sociedad pedimos a las mujeres que tengan hijos, pero no estamos preparados para que haya niños, porque queremos ser productivos, volver al trabajo y tener una carga laboral, ni tampoco en el deporte, en el que pedimos objetivos y metas. Tendríamos que preguntar a un hombre cuál es la diferencia que ha vivido también, pero creo que hablamos de una maternidad desde lo bonito, lo idílico, y no sacamos a la luz la realidad que es he dado el pecho, me he tirado seis horas sin dormir y ahora me tengo que ir a entrenar. Y tengo que rendir porque no me están midiendo las cargas en comparación con mis compañeras, me están exigiendo al 150% y con esa carga no vas a dejar de ser madre, pero vas a dejar de ser deportista.
- P: ¿Ve alguna solución a esto?
- R: La propuesta no pasa por algo económico solo, pasa por una conciliación y una ayuda real con casos reales, no con 'casos medalla' como yo digo, no es Ona Carbonell, no es Ana Peleteiro, es todas esas personas que se han perdido en el camino por ser madre y por qué ha pasado. Tenemos que explorar qué políticas podemos tomar y dónde hemos fallado como sistema. Es como una cuerda, si tiras de un lado y de otro se va a romper y no pasa nada, pero no digamos que se puede hacer.
- P: ¿Cuáles son los mejores y los peores recuerdos de su carrera?
- R: Lo más top es la medalla de bronce del Mundial de Londres en 2018, por ganar a Australia y por el grupo de selección y de los peores quizá por pensar que podía hacer un poquito más en los cuartos de final de los Juegos de Tokio contra Gran Bretaña. Perder de "shoot-out" me queda como una espinita de si podía haber hecho un poquito más, es de las cosas que me duele.
- P: España tiene tradición de grandes porteros, ¿por qué eligió ser portera?
- R: Creo que la portería me eligió a mí, empecé probando como jugadora y acabé en la portería porque estaba vacía, pero cuando me puse las guardas me sentía súper cómoda en la posición y se me daba bien. En otros deportes también tenemos buenos porteros, en balonmano, fútbol o waterpolo. Los equipos saben que su portero es importante y no lo dejan solo. Consiguen llegar a las posiciones de portero jugadores que son buenos o son importantes. Es una posición bastante comprometida porque en los entrenamientos competimos contra nuestras compañeras de equipo y en el partido jugamos con ellas, de ahí la soledad, por este paradigma. También la responsabilidad del gol o el resultado la tiene muy marcada en la mochila el portero
- P: ¿Qué personas han sido claves en su carrera?
- R: Hay cuatro figuras referentes. Para empezar a saber hasta dónde podía llegar, Mónica Rueca, porque con 14 o 15 años ella, olímpica en Atlanta y Atenas, vino a Alcalá y era como un referente de yo quiero esa carrera. Mariví González, mi entrenadora durante mucho tiempo en el CAR, mi hermano mayor que me ha entrenado en la selección y en el Club y Chus Rosa, a la que sustituí en el Club de Campo.
- P: ¿Cómo le gustaría que se la recuerde en el deporte?
- R: Siempre he querido ser una buena persona y compañera. Me gustaría ser como un sitio a donde llegar, al final soy la portera con mayor número de internacionalidades en España, 176, con nominaciones a la mejor de Europa y del mundo. Que lo vean como algo a batir y a superar porque esa superación te hace ser mejor. EFE
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