El Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid ha dejado visto para sentencia este jueves el juicio contra un hombre de 90 años, C.R.B, para quien la fiscal del caso y la acusación particular han solicitado una multa de 6.000 euros por delito de agresión sexual sobre una joven de 21 años a la que, presuntamente, trasladó frases soeces y tocó en la zona genital en septiembre de 2022 cuando ambos se hallaban sentados en la Plaza de San Miguel.
El mantenimiento de las peticiones de las dos partes acusadoras se ha producido pese a que el nonagenario, durante el juicio que se ha prolongado este jueves por espacio de hora y media, ha negado que el día de los hechos, sobre las 12.40 horas del día 3 de septiembre de 2022, aprovechara el momento en el que se quedó a solas con la denunciante en un banco de la Plaza de San Miguel para dirigirse a ella con insinuaciones de tipo sexual y mucho menos que la agrediera sexualmente, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
PENSÓ QUE ERA VÍCTIMA DE UN "SECUESTRO"
El acusado ha explicado que la joven se hallaba sentada en un banco con capacidad para más personas y que él permaneció en todo momento sentado en uno de al lado de tipo individual y que en esta situación, a una distancia de casi un metro, explicó a la chica que él era de un pueblo y ella le contó que era de otro.
Asegura que luego se marchó en dirección hacia su casa, tras despedirse de su interlocutora con un beso en la mejilla, y que más tarde un hermano de la joven y otro amigo le abordaron en la calle y le sujetaron, momento en el que creyó que estaba siendo objeto de un "secuestro".
Sin embargo, la aludida ha recordado una escena muy distinta de la dibujada por el encausado. Aunque sí reconoce que inicialmente la conversación fue sobre cosas banales, el cariz de la misma cambió totalmente y la incomodó al máximo cuando su hermano, con quien compartía el banco público inicialmente, se ausentó unos minutos del lugar.
Fue entonces cuando, como así ha ratificado, el anciano fue a por ella con toda la artillería y se sentó en el mismo banco. "¿Te han dado alguna vez por el culo?, ¿te gustan las pollas grandes?", son algunas de las frases atribuidas al anciano, quien pidió perdón y justificó su comportamiento en el hecho de que la joven le había puesto "muy cachondo".
La supuesta agresión sexual--se pide multa con arreglo a la ley anterior, más beneficiosa para el acusado--se produjo cuando ella, incomoda por lo escuchado, se levantó para marcharse y él, siempre según la versión de la supuesta víctima, la agarró del brazo y consiguió meterle la mano por dentro del pantalón corto que lleva y llegó a tocarle la zona genital.
El hermano de la joven y un amigo ha reconocido que no llegaron a presenciar lo ocurrido pero sí han coincidido al señalar que encontraron a la denunciante llorando y notablemente afectada, de ahí que salieran en persecución del anciano y llamaran a la Policía Municipal. Dos agentes que acudieron han confirmado igualmente la afectación que presentaba la joven.
Precisamente, la versión aportada por la joven y los distintos testigos han sido esgrimidos por las acusaciones para solicitar un fallo condenatorio, mientras que la defensa del anciano, que ha pedido su absolución, ha advertido de que nadie en la Plaza de San Miguel, pese a estar a esa hora llena de gente, llegó a escuchar las supuestas ordinarieces proferidas por su patrocinado, que cuenta con importantes problemas de audición y se ve obligado a hablar en tono elevado.
El defensor también ha recordado las limitaciones de movilidad de su cliente, incompatibles, a su juicio, con la agilidad que se le atribuye en el momento de meter la mano en la zona íntima de la víctima cuando ella, de improviso, decidió levantarse y marcharse de la plaza.