Madrid, 23 oct (EFE).- El periodo de sesiones tras el verano ha revelado el alto precio que el Gobierno puede verse obligado a pagar por cada voto y cada proyecto que quiera sacar adelante, en un ambiente cada vez más tenso donde todos los partidos -incluidos los socios de Pedro Sánchez- buscan reforzar su perfil y hacerse valerse frente a los demás.
El último ejemplo, el respaldo de Sumar este martes a una iniciativa del PP para controlar las exportaciones de armas, una proposición que inicia su tramitación con la abstención de los de Yolanda Díaz y el voto a favor de Podemos.
La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha tachado de incomprensible la actuación de sus socios de gobierno, pero descarta que haya grietas en la coalición y cree que lo ocurrido "tiene que ver más con el espacio de la izquierda, que con las relaciones con el PSOE".
Desde dentro del Gobierno, Sumar no ha escatimado en las últimas semanas críticas a la ministra de Vivienda, la socialista Isabel Rodríguez, y este martes el responsable de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, envió una carta a su compañera de Defensa en el gabinete, Margarita Robles, para pedir la suspensión de contratos de armas con Israel.
Podemos, por su parte, ha consultado precisamente a sus bases si condiciona el apoyo a los presupuestos a intervenir el mercado de la vivienda y romper relaciones con Israel, cuestiones que desde el Gobierno ven inviables e incluso inconstitucionales.
El Ejecutivo no contempla que, si todos apoyan los presupuestos, los de Belarra no lo hagan, pero fuentes de Podemos recuerdan que, a diferencia de Sumar, tienen las manos totalmente libres para actuar y van a ir "a cuchillo".
Montero sigue no obstante optimista ante la negociación presupuestaria, aunque todavía no ha cerrado el acuerdo con Sumar, que insiste en que siguen alejados en cuestiones clave como la fiscalidad y la vivienda.
El grupo de Yolanda Díaz, tras negociar este martes un intercambio de apoyos con el PP, advierte de que seguirá apoyando aquellas iniciativas que coincidan con su agenda política aunque moleste al PSOE. No se han movido ideológicamente "ni un pelo", ha destacado su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón.
Con varias investigaciones judiciales abiertas en el entorno del Gobierno, del exministro José Luis Ábalos a Begoña Gómez y el fiscal general, el PP esgrime que "quien no se aparta, se pringa" y busca abrir fisuras entre los aliados del Ejecutivo en el Congreso. Mientras tanto, hace oídos sordos a los dardos del Gobierno sobre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Al mismo tiempo, los populares siguen apostando por iniciativas sociales, como la ley de conciliación, pero mantienen firmes sus críticas a la política migratoria. El Gobierno da por hecho que no podrá contar con ellos para el reparto de menores extranjeros no acompañados.
Vox no entra en la ecuación negociadora del Ejecutivo y el partido de Santiago Abascal está decidido a continuar su presión al Gobierno desde el Parlamento, los juzgados y la calle, acompañado o no por los populares.
Tras no poder sacar adelante la senda de estabilidad, el Gobierno decidió esperar a que Junts y ERC celebraran sus congresos para negociar un nuevo pacto, consciente de la dificultad de llegar a acuerdos con ellos mientras estén inmersos en procesos internos para definir sus liderazgos.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, se ha quejado de que el Gobierno no les llama para negociar la senda de déficit y de que habla más con Junts, pero Montero ha asegurado que hablan con todos.
Por su parte, los de Puigdemont le han recordado en el pleno que sin sus votos no hay presupuestos y la vicepresidenta se ha comprometido a cumplir con Cataluña y con la "financiación singular" pactada con ERC.
En medio de la negociación presupuestaria, los aliados de la investidura presionan también al Gobierno con los problemas del mercado de la vivienda, y ERC, Bildu y BNG han forzado a la ministra Isabel Rodríguez a comparecer este miércoles en el pleno del Congreso.
El PNV, mientras, apuesta por la discreción y por dar estabilidad al Gobierno sin dejarse tentar por el PP. Ese partido, señaló hace apenas cinco días su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, ha logrado "con gestos innecesarios" que el PNV se sienta lejos de ellos. EFE