Madrid, 23 oct (EFE).- La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha denunciado "grave intrusismo" en el control de la avispa asiática, cuya población aumenta debido "en gran medida al aumento de las temperaturas que amplían su ciclo reproductivo" pero también a "la ausencia de un adecuado plan" para controlar su expansión.
La organización recuerda en un comunicado que la avispa asiática o 'Vespa velutina' es una especie exótica invasora presente en España desde que llegó de China en 2005 y que constituye "una importante amenaza" para la biodiversidad, al ser una gran depredadora de abejas, pero también para la integridad física de las personas por el alcance de sus picaduras.
Cada ejemplar de avispa asiática "puede llegar a capturar hasta medio centenar de abejas al día" a las que mata con un golpe de mandíbula y luego descuartiza para llevarlas a su nido y alimentar a sus larvas.
Una vez eliminadas todas las abejas de un panal, entra en él y acaba con la miel por lo que su impacto socioeconómico es "grave" en las zonas melíferas y, de hecho, "algunos apicultores de la zona norte de España ya han registrado pérdidas de abejas de hasta el 50 %".
Su agresiva actividad afecta también a la polinización hasta el punto de que "se estima que más de un 60 % de la fruta y verdura que se consume actualmente dejaría de producirse al no ser polinizada", lo que puede "poner en jaque la flora y fauna" de distintas regiones españolas generando un problema medioambiental de alcance.
El director general de ANECPLA, Jorge Galván, ha insistido en que "llevamos años viendo cómo personas sin ningún tipo de formación en Sanidad ambiental ni, por supuesto, los permisos necesarios para el empleo de productos biocidas, son contratadas para llevar a cabo tareas de control" de esta especie.
Galván ha descrito como "palos de ciego" la actuación de estas personas que afrontan "una plaga que ni comprenden ni para la cual manejan los productos adecuados", lo que al final genera que la población de avispa asiática "sigue creciendo a una velocidad de vértigo".
Las mejores medidas de control pasan por el uso de métodos químicos, incluyendo la inyección de biocidas autorizados en sus nidos, así como la retirada de los mismos sin riesgos de contaminación a otros organismos o al entorno natural. EFE