Vega: "La vida son incendios que nos pasan por encima y va de sacudirse las cenizas"

Javier Herrero.

Madrid, 22 oct (EFE).- Tras "sacudirse las cenizas" y recuperar la calma ("De eso van nuestras vidas, que son incendios que nos pasan por encima", dice), Vega vuelve "a silbar" desde la felicidad y desde un nuevo disco sin urgencias, 'Ignis', que se publica este viernes con un notable viraje rock.

Llega dos años después de su anterior trabajo, 'Mirlo blanco' (2022), en el que puso sobre la mesa la cuestión de la salud mental, de la suya en concreto, pero lo hace "marcando mucha distancia, con determinación de ir hacia un lugar soleado", consciente de que "aún cuando crees tener identificados tus escombros, la vida arrasa una y otra vez".

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"Me quedé enganchada en una canción de Iván Ferreiro, 'En el alambre', cuando canta 'No lo has hecho mal' y lo de 'Puede que al final / Tengamos que dejarnos caer', porque la vida son incendios que nos pasan por encima y va de sacudirse las cenizas", explica sobre la idea que generó este álbum.

El título, 'Ignis' (La Madriguera Records), alude al poder del fuego para dejar marca pero también, como principio renovador y posibilidad de renacimiento. "Aunque en esta sociedad somos más de buscar siempre el gran final, por eso vemos el volver a empezar como algo negativo y no como el mejor de los principios", objeta.

"Yo pasé por el duelo, la rabia, de ahí a la apatía y a la calma, hasta estar tranquila; luego empecé a silbar y me di cuenta de que solo se silba si se está contento", celebra la artista nacida Mercedes Míguel (Córdoba, 1979).

Desde esa perspectiva se propuso hacer un disco "sin tener que pensar en la urgencia de hacerlo, desde la conciencia de que el mundo no se acaba si no publicas nada". "Porque la vida no va a la velocidad a la que nos dicen que va, puedes ser feliz metiendo otra marcha", asevera.

Bajo esa perspectiva, y harta de las dinámicas impuestas por la industria musical, "en las que se consume, pero sin tiempo para digerir nada", decidió que no anticiparía ninguna canción, como tampoco hará gira hasta 2025.

"Porque eso es como si de una serie lanzaran primero el capítulo 8. Un disco es una obra y, si quieres entenderla, empiezas por la primera canción y acabas por la última y ya luego dirás cuál ha sido tu favorita", afirma convencida.

Empatiza enormemente en ese sentido con el reciente anuncio de la retirada de la también cantautora Carmen Boza por esos ritmos locos y obligaciones impuestas a los músicos como creadores de contenido en redes sociales.

"Lo leí con mucha pena, porque pensé que eso va a arrasar sobre todo con nosotras, porque si es difícil para todos, para las mujeres hay menos espacio y exposición, sobre todo si no encajas en el perfil hipersexualizado", denuncia.

Quien en su álbum proclama en latín "Ignis sumus sorores", es decir, "somos hermanas de fuego", se muestra muy orgullosa de este muestrario "sin canciones de relleno" de "diferentes estados de ánimo y circunstancias" y en el que, bajo la producción de Ricky Falkner, se aprecia más decididamente una vieja aspiración: sonar más roquera.

"Es que esa es mi forma de encarar la vida; contar con Ricky es la mejor decisión que pude tomar, que pusiera ese pulso a lo que buscaba cuando antes, por ser mujer, no me escuchaban, porque parece que no me correspondía el rock", lamenta.

De la lista de canciones, quizás la "más disruptiva" es 'Boston', que concibió en apenas dos minutos y medio en una llamada de las musas mientras se asomaba al balcón de un hotel en la ciudad estadounidense que le da nombre.

"Me sentía rota aunque iba a ver a Billy Joel y Stevie Nicks. Me vi ahí y pensé que tendría que estar disfrutando, así que grabé una nota de voz (la que sirvió de simiente a la canción) y me fui a ver la ciudad", comenta sobre esta composición que tiene mucho de sincero vómito emocional.

Además se encuentra 'Crisantemos', una canción que supuestamente hablaba de duelo pero que un buen día se encontró silbando ("Eso es porque estaba recuperada", dice), así como 'Litio y alquitrán', la "más canalla y divertida" que ha hecho en su carrera, o 'Leviatán', que compuso con un estribillo sencillo siguiendo el consejo de su hija y su sobrina.

"Empezó como un juego cuando me estaba recuperando de una gran tristeza y me dijeron: 'Si estás triste, hazle una canción a un monstruo en la que le vences'", explica Vega, antes de confesar que ese leviatán pueden ser "tu propio yo o personas tóxicas que te tiran al suelo y de las que hay que desprenderse". EFE

(foto)

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