Llega a España el clásico chino 'Apuntes sobre pintura del monje Calabaza Amarga'

Barcelona, 19 oct (EFE).- Ediciones Tres Portales ha publicado en edición bilingüe (castellano-chino) el libro 'Apuntes sobre pintura del monje Calabaza Amarga' de Shitao, un clásico del siglo XVIII traducido directamente del chino por el historiador Manel Ollé.

'Apuntes sobre pintura del monje Calabaza Amarga' es, según ha explicado Manel Ollé, un breve tratado sobre filosofía de la pintura china escrito a principios del siglo XVII.

El autor, Shitao, presenta la actitud espiritual que el pintor tiene que tener a la hora de ejecutar su arte, de forma que el artista consiga la comunión con el universo y con él mismo.

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Shitao (1642-1707) fue un pintor y calígrafo que vivió las primeras décadas de su vida como monje, transitando entre diferentes monasterios budistas y cruzando los bosques, los ríos y las cordilleras que más tarde reflejaría en sus pinturas.

Después de haberse alejado de la vida monástica, entró en los círculos artísticos y letrados independientes de la región del Yangzi, y se acercó a la espiritualidad taoísta.

Su obra pictórica se aleja del academicismo decorativo de sus predecesores y conecta con el aliento creativo y vital de los primeros clásicos del paisajismo chino.

A lo largo de los últimos años de su vida compuso los 'Apuntes sobre pintura del monje Calabaza Amarga', en el que lo que se podría haber quedado en un humilde tratado sobre el arte de pintar Shitao se convierte en una puerta luminosa y privilegiada de acceso a la plasmación artística del pensamiento y la espiritualidad china en su periodo de madurez.

En estos 'Apuntes' confluyen acentos taoístas, neoconfucianos, budistas y del 'Libro de los Cambios' o Yijing (siglo XII-XI aC).

Ollé señala que "la experiencia monástica y la práctica espiritual en el contexto formativo del budismo chan (zen) influyeron en la concepción que tenía Shitao de la pintura como una forma dinámica de meditación desvelada y de conexión con el mundo natural".

Su formación budista, añade Ollé, también influyó en su visión de la pintura como una instrumento para expresar la naturaleza interna, en lugar de simplemente reproducir la dimensión más aparente.

Al parecer, comenta el traductor y prologuista del libro, Shitao no se enteró de su pertenencia al linaje imperial de los Ming hasta que llegó a los 25 años y "los pocos datos biográficos dispersos que se conservan sobre Shitao sugieren que a partir de entonces se fue distanciando de la adscripción monacal budista".

En cuanto a su relación con la nueva dinastía manchú de los Qing en el poder, a veces se le presentó erróneamente como un irreductible obstinado, como sí lo fue su amigo monje-pintor y también del linaje imperial Ming, Bada Shanren, entonces el más famoso y reconocido pintor de su tiempo, siempre reacio a cooperar con los ambientes culturales de la capital de la nueva dinastía, y siempre alejado de la corte.

Recuerda Ollé que durante algunos años Shitao mantuvo unas relaciones más bien ambiguas con los círculos pictóricos cortesanos y que, "sin abandonar su adscripción nostálgica al pasado de los Ming, en algunos momentos se acercó a los círculos culturales que gravitaban alrededor de las nuevas élites imperiales manchús de Pekín".

Y "ya fuera por voluntad propia o por no haber sabido hacerse un lugar en los ambientes pictóricos de la capital, se acabó estableciendo lejos de los focos oficiales, moviéndose por el sur, en círculos de un alcance regional periférico". EFE.

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