Uge Sangil se despide de la FELGTBI+ con la "espina clavada" de las personas no binarias

Uge Sangil concluye su mandato en la FELGTBI+ tras seis años de logros y desafíos, dejando una crítica sobre los derechos no reconocidos para personas no binarias y el creciente discurso de odio

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Madrid, 18 oct (EFE).- Uge Sangil deja la presidencia de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, fIntersexuales y más (FELGTBI+) tras seis años en los que "ha pasado de todo", incluida la aprobación de la ley trans. Se va "satisfecha y tranquila", pero con la "espina clavada" de no haber logrado derechos para las personas no binarias.

"Estoy alegre, orgullosa porque me llevo la mochila llena de cosas, de vivencias, algunas dolorosas pero que se han convertido en alegría también. Hay que salir bien de los sitios, hacer bien el relevo, con orgullo, con generosidad y tranquila. Feliz porque sé que voy a descansar un poquito, algo importante porque he tenido de todo", señala en una entrevista con EFE.

Con ese "de todo", la hasta el próximo domingo presidenta de la FELGTBI+ se refiere a una pandemia y a la organización de un Orgullo virtual, a la ardua negociación de la ley trans y LGTBI, al auge de los discursos de odio y la ultraderecha e incluso a la erupción de un volcán en su isla, La Palma. "Ha sido una montaña rusa", reconoce.

Este fin de semana, la federación celebra su décimo congreso, en el que se elegirá a la persona que sucederá a Sangil, que ha estado en el cargo desde 2018.

"La Uge de 2024 no es la misma que la de 2018. He madurado, he aprendido estrategia. Soy una persona paciente, pero en el proceso de negociación de la ley he aprendido a contenerme, también mi equipo, a agarrarnos a la mesa, a tragarnos las palabras a veces porque, por encima de todo, estaban los derechos y no podíamos permitirnos perderlos", concede.

Celebra que la ley, pese a las dificultades, terminara aprobándose, pero lamenta cómo se ha atacado a las personas trans (ella lo es), "cómo se las ha expuesto en una lucha encarnizada".

"Aquí quienes han sufrido han sido las personas trans, quienes han puesto el cuerpo han sido las personas trans. Y quienes siguen viviendo el odio y el dolor son las personas trans, que no están sentadas en un sillón. Eso es lo que más me duele, el sufrimiento por el que nos han hecho pasar", denuncia.

Critica que se haya expuesto al colectivo "con fines políticos": "Había momentos durante la negociación de la ley en que pensaba que el interés no era aprobar derechos, era ponerse una medalla: unas por el odio al colectivo trans y otras, por interese políticos. Y eso era lo que me dolía, que la izquierda verdadera, entre comillas, nos pusiera en riesgo".

Agradece el trabajo de las más de cincuenta entidades que conforman la federación en estos años convulsos, aunque se va con la "espina clavada" de que no se hayan reconocido derechos a las personas no binarias.

Aun así, es optimista y cree que esto se conseguirá bajo el mandato de la futura presidencia de la FELGTBI+ (2025-2027). Solo se ha presentado una candidatura, liderada por Paula Iglesias, actualmente vicepresidenta de la federación.

A Sangil le preocupa el discurso de odio, que la sociedad baje la guardia y se pierdan los derechos conquistados. "Tanto el colectivo LGTBI como las mujeres, los migrantes y las personas con discapacidad tenemos que estar ojo avizor porque van a por nosotras. Las disidencias molestamos", subraya.

Los próximos años, dice, hay que trabajar en la consecución de un Pacto de Estado contra los Discursos de Odio, y hacer "pedagogía social" para que la sociedad conozca la realidad del colectivo. "Espero que la nueva presidencia consiga derechos para las personas no binarias", continúa.

Cumplido su segundo mandato, es el momento del adiós, pero promete seguir en la lucha.

"La vida sigue, el activismo sigue. Nosotras seguimos vivas y seguiremos trabajando por los derechos humanos. Sales un poco del foco de la primera línea, pero eso no significa que no sigas haciendo lo que te gusta hacer: que es activismo y conquistar derechos", concluye Sangil. EFE

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