Madrid, 17 oct (EFE).- Francesc Torres (Barcelona, 1948), miembro destacado del arte conceptual catalán desde la década de 1970, ha sido galardonado este jueves con el Premio Velázquez de Artes Plásticas correspondiente al año 2024, a propuesta del jurado reunido hoy, un galardón dotado con 100.000 euros.
El jurado ha destacado "su trayectoria artística con un trabajo interdisciplinar y precursor del arte conceptual que abarca diversos medios como la escultura, la instalación, el videoarte y la fotografía", según la nota enviada por el Ministerio de Cultura.
También consideran que la obra de Francesc Torres se caracteriza por su "reflexión profunda sobre el contexto social y político", y a lo largo de su carrera, de proyección internacional, ha abordado "temas esenciales en nuestro tiempo como la guerra, la identidad, la memoria histórica y el impacto de los medios de comunicación en la percepción del mundo, explorando las intersecciones entre arte y política".
Asimismo, el jurado ha señalado que Francesc Torres "es también reconocido por su compromiso con la enseñanza, habiendo sido profesor en diversas instituciones académicas y contribuyendo al desarrollo de nuevas generaciones de artistas".
Su obra forma parte de importantes colecciones en instituciones museísticas a nivel internacional, mientras que, añaden, "su excepcional práctica artística sigue influyendo tanto a artistas contemporáneos como a estudiosos del arte, y su obra continúa interpelando al público a reflexionar sobre la memoria y la historia".
Francesc Torres trabajó de aprendiz en el taller de impresión de su padre y se formó como artista gráfico. Continuó sus estudios en la École des Beaux Arts de París en 1967 y se convirtió en asistente del artista Piotr Kowalski. Durante este período, empezó su obra de línea industrial, que seguiría las estrategias formales y materiales del minimalismo. A partir de mayo del 68 redirigió sus actividades y trabajó en carteles para el movimiento de obreros y estudiantes.
En 1970 regresa a Barcelona para hacer el servicio militar obligatorio, una experiencia que afrontó como fuente de información de primera mano sobre el comportamiento militar y que sería de utilidad para su obra posterior. Poco tiempo después se trasladó a Chicago, y más tarde a Nueva York, donde residió hasta el 2001.
En los años 70 y 80 expone en Estados Unidos en instituciones como Illinois Center (Chicago), Whitney Museum of American Art (Nueva York) o Los Angeles Institute of Contemporary Art. En 1991 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) le dedica la exposición retrospectiva ‘La cabeza del dragón’ y expone en diversas instituciones españolas y galerías como el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) o la Fundació Antoni Tàpies (Barcelona).
A partir del 2001 se traslada a Barcelona y, desde entonces, su obra se ha podido ver en exposiciones en el Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC), Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA); Artium Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo o Museo Guggenheim Bilbao. EFE