Barcelona, 16 oct (EFE).- La lambda cihalotrin, un insecticida sintético ampliamente utilizado en cultivos de cereales, tubérculos y frutales de distintos países de la Unión Europea, podría estar amenazando hasta el 98 % de las especies de insectos beneficiosos de estos campos.
Así lo revela un estudio liderado por la Universidad Jaguelónica de Polonia, con la participación del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y de la Universidad de Barcelona (UB) a través del Instituto de Investigación de la Biodiversidad.
Se trata de un insecticida piretroide (tóxico para insectos y mamíferos) de acción rápida, utilizado habitualmente para controlar plagas agrícolas como pulgones, escarabajos, polillas, mosquitos, moscas y garrapatas que afectan a la salud humana.
Los resultados, publicados en la revista Science of The Total Environment, muestran que, incluso cuando se aplica la dosis recomendada, este producto afecta "muy negativamente" a todos los insectos con los que entra en contacto, por lo que los investigadores han puesto en cuestión la seguridad de este pesticida.
Se calcula en las estimaciones más recientes que la diversidad de insectos está disminuyendo a un ritmo alarmante del 2,5 % anual, lo que se traduce en la pérdida de aproximadamente 25.000 especies cada 12 meses.
Además del cambio climático, la pérdida de hábitat y otras causas, muchas de las cuales se desconocen, los expertos coinciden en que uno de los principales responsables de este declive es el uso masivo de pesticidas sintéticos en la agricultura.
Esto se debe a que estos productos no solo eliminan especies que dañan cultivos, sino que también tienen un impacto devastador sobre el resto de los insectos, incluidos los beneficiosos para procesos clave de las plantas como la polinización, el control natural de plagas y el ciclo de nutrientes.
"La lambda cihalotrin no distingue entre las plagas y los insectos beneficiosos para los cultivos y supone una amenaza para la biodiversidad", ha explicado Berta Caballero, conservadora de artrópodos del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y coautora del artículo.
Así, el pesticida que se utiliza para eliminar un pulgón o una mosca concreta estaría también matando a las mariquitas o arañas, que son sus depredadores naturales.
Para realizar los análisis, los investigadores recogieron individuos de más de 50 especies distintas de insectos en campos de cultivo representativos de varias zonas climáticas de cinco países: Portugal, Reino Unido, Alemania, Polonia y España.
Este amplio muestreo permitió evaluar los efectos de este producto químico en animales presentes en varios ecosistemas agrícolas bajo distintas condiciones ambientales.
Los insectos capturados en cultivos como la colza, el trigo o los olivos fueron posteriormente expuestos a crecientes dosis del pesticida, con un seguimiento durante 72 horas.
"Con solo un 5 % de la dosis recomendada, se observa la afectación de la mitad de las especies de insectos beneficiosos", ha alertado José Manuel Blanco, investigador especializado en agroecología del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB y coautor del estudio.
El experto ha aseverado que, cuando se aplica la dosis completa, esta cifra "se eleva hasta el 98 %".
Esta investigación también pone en entredicho la fiabilidad de los estudios utilizados para aprobar nuevos pesticidas, ya que a menudo solo se basan en pruebas con una sola especie: la abeja de la miel, no representativa debido a sus particularidades genéticas y biológicas.
"Los resultados de este estudio apuntan a una necesidad urgente de rediseñar los procedimientos de evaluación del riesgo, incorporando enfoques multiespecie para proteger la biodiversidad de forma más eficaz", ha concluido el doctor Blanco. EFE
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