Una clase se rebela contra el traslado de un compañero migrante por no dejarles despedirse

Estudiantes del instituto Sabino Berthelot muestran su descontento por el traslado forzado de un compañero migrante, pidiendo explicaciones y la oportunidad de despedirse correctamente ante la saturación de centros en Canarias

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Las Palmas de Gran Canaria, 15 oct (EFE).- La saturación de los centros para menores que soporta Canarias tiene consecuencias dolorosas para chicos llegados en patera que ya estaban integrados en las islas: es el caso de un niño trasladado a Gran Canaria desde Tenerife para hacer sitio a otros menores que acaban de llegar a El Hierro sin darle la oportunidad siquiera de despedirse de su clase.

Son, de hecho, sus compañeros de primer curso de la ESO en el instituto Sabino Berthelot de El Sauzal (Tenerife) los que han levantado la voz para exigir una explicación a los responsables públicos, en una carta redifundida en X por el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que elogia su gesto de humanidad.

"Queremos pedirles que nos explique las razones de esta decisión tan repentina y que reconsideren la posibilidad de que nuestros compañeros vuelvan a nuestro centro. Se trata de personas, no de mercancías", aseguran, tras precisar que no es la primera vez que les ocurre esto con alumnos a los que estaban ya "profundamente unidos".

"Por favor, consideren nuestra petición y, al menos, permítannos despedirnos adecuadamente de nuestro amigo", continúan, porque esta situación está generando "una gran tristeza y vacío" en su clase.

Para el ministro Torres, estos alumnos de El Sauzal están enseñando al mundo "valores humanos" con esta carta en defensa de su amigo.

Desde la Dirección General de Protección a la Infancia del Gobierno de Canarias responden que este es un ejemplo práctico de lo que quieren decir cuando denuncian que con más de 5.300 menores a su cargo les resulta imposible atender a cada niño como merece y como obligan los convenios internacionales suscritos por España.

Este muchacho del IES Sabino Berthelot, como les ocurrió a otros antes, explican, ha pagado las consecuencias de una combinación de dos factores: la saturación de la red de acogida y la poca flexibilidad de una normativa que no permite trasladar entre provincias a menores "dudosos".

Llevado al caso de Canarias, si faltan plazas en Tenerife, solo se puede hacer hueco en esa isla con traslados a Gran Canaria moviendo de isla a chicos sobre cuya edad no existe duda alguna.

Y en un contexto en el que cada día desembarcan menores a El Hierro, la única forma de hacerles sitio dentro de la misma provincia, en Tenerife, es trasladando desde esta última isla a Gran Canaria a chicos que ya tenían una plaza asignada hace tiempo y estaban ya integrados en su entorno, o en vías de ello.

"Lo hemos dicho en multitud de ocasiones: uno de los graves problemas derivados de la situación que vivimos es no poder trabajar de manera individualizada y como se merece cada uno de los menores que tenemos acogidos en Canarias", explica la directora general de Protección a la Infancia de la comunidad autónoma, Sandra Rodríguez.

Esta responsable del Gobierno de Canarias recalca que la solución para que cosas así no vuelvan a suceder radica en lo que piden hace meses: una reforma legislativa que obligue a las demás comunidades autónomas a compartir de la acogida de los menores que llegan en patera y deje a las islas con un número razonable de menores.

Eso y "mirar al sur de Europa con otros ojos para ayudar a dar a estos niños y niñas una atención integral", añade Rodríguez. EFE

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