Pacientes oncológicos infantiles viven un salto de calidad de sus curas en Vall d'Hebron

Barcelona, 15 oct (EFE).- Con nueve habitaciones, salas de juegos, espacios para el aprendizaje y una futura terraza para disfrutar al aire libre mientras son tratados de sus enfermedades, los pacientes infantiles oncológicos del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona han vivido un salto de calidad en sus cuidados.

Se trata de la renovación de la Unidad de Trasplante de  Progenitores Hematopoyéticos del Hospital Infantil, centrada en niños y adolescentes que necesitan, generalmente, un trasplante de sangre y médula ósea o de células madre hematopoyéticas.

De esta forma, las antiguas cámaras de aislamiento se convierten en nueve habitaciones de 21 metros cuadrados (antes eran siete y de siete metros cuadrados) de entorno protegido y especialmente diseñadas para llevar a cabo el trasplante y terapias avanzadas y génicas.

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Las habitaciones son de entorno protegido, con neveras y microondas, tienen luz natural, lavabos adaptados y proporcionan el acompañamiento y el bienestar emocional de los pacientes y sus familias.

Todo ello forma parte de la primera fase del proyecto Realidad Mejorada para la reforma integral del Área de Oncohematología Infantil y Adolescente e impulsado por las fundaciones Aladina, Albert Bosch y Small, con un presupuesto de 7,4 millones de euros y la transformación de una superficie de 2.646 metros cuadrados.

Esta primera fase ha supuesto un coste de unos cuatro millones de euros y el equipamiento médico un millón de euros financiados por el Instituto Catalán de la Salud.

Mantener viva la ilusión

La primera paciente de la nueva unidad es Irene, una niña de cuatro años que en abril fue diagnosticada con un neuroblastoma y que, con este nuevo equipamiento, juega incansablemente con las figuritas de LEGO con su padre.

"Papa, ¿jugamos con los LEGO?", pregunta la pequeña a Xavi, que vivió este proceso con su hija durante una semana en las antiguas instalaciones y que asegura que "no hay comparación" con las nuevas.

"Antes estábamos en un espacio mucho más pequeño, sin ventanas y se hacía un poco duro pasar tiempo allí. Ahora Irene se puede distraer más y todos podemos pasar más dignamente esta situación", comenta el padre de la paciente, poco antes de satisfacer sus peticiones de juego.

Aunque a Irene las figuritas de LEGO le tienen robado el corazón, le rodean decenas de libros, balones de fútbol, una cocinita, cochecitos de juguete y un entorno muy luminoso en el que predomina la madera.

"No se puede consentir que durante tantos años, los niños hayan estado en estas condiciones con sus enfermedades. Tenemos suerte de las fundaciones que han apostado por este proyecto, porque falta iniciativa política para cambiar las vidas de estos niños", lamenta Maribel Ballart, abuela de Irene.

Después de ver el salto de calidad en las instalaciones en las que se trata su nieta, destaca que "esto sí que es digno" y que cuando Irene vio por primera vez el espacio de juegos "estuvo una hora jugando y saltando": "Se le abrió un nuevo mundo", afirma.

Del aislamiento al ambiente protegido

La principal novedad que destacan los especialistas de Vall d'Hebron es que con la renovación de la unidad, el centro ha pasado del aislamiento al ambiente protegido, para facilitar que los niños y adolescentes tengan aseguradas sus necesidades en un entorno mucho más acogedor.

"Las habitaciones son tres veces más grandes de lo que eran. Ahora los padres pueden dormir en ellas, tienen microondas y neveras… Es una especie de pequeño apartamento para ellos", apunta el doctor Lucas Moreno, jefe del Servicio de Oncología y Hematología Pediátricas del centro barcelonés.

Los cambios realizados se han llevado a cabo mediante un proceso de cocreación llevado a cabo con los padres y pacientes más mayores, y gracias a ello tienen a su alcance salas para que mantengan su escolarización, atención psicológica y en la segunda fase, ya puesta en marcha, está previsto que tengan una terraza sin el temor a infectarse.

El Servicio de Oncología y Hematología Pediátricas de Vall d'Hebron atiende cada año a unos cien pacientes nuevos y realiza entre 40 y 45 trasplantes de progenitores hematopoyéticos al año.

Atiende sobre todo a pacientes de Cataluña, pero también lleva a cabo unas 200 consultas anuales a pacientes de otras comunidades autónomas, principalmente del País Vasco, Baleares, Aragón y Canarias. EFE

agp/hm/aam

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