Javier Alonso
Palma, 15 oct (EFE).- Otra vez, la memoria de la Guerra Civil y el recuerdo de las víctimas del franquismo han enervado los ánimos en el pleno del Parlament balear con la expulsión por orden del presidente, Gabriel Le Senne (Vox), de dos diputadas socialistas, Mercedes Garrido y Pilar Costa, por lucir camisetas con tres de las Rojas del Molinar, republicanas mallorquinas fusiladas en 1937.
Otra vez porque ya las expulsó en el pleno del 18 de junio pasado en otro debate sobre la Ley de Memoria Democrática, aprobada por el Govern socialista de Francina Armengol en la pasada legislatura, y que Vox está empeñado en derogar.
Aquel día, las dos diputadas exhibían en sus portátiles las imágenes de las jóvenes comunistas Aurora Picornell y las hermanas María y Antonia Pascual, ante lo que el presidente de la Cámara, Gabriel Le Senne, les insistió a retirarlas con el argumento de que debía salvaguardar la independencia de la Mesa del Parlament, de la que ellas forma parte.
Como no lo logró tras reiteradas advertencias, Le Senne, que cuenta con todo el respaldo del presidente del Vox, Santiago Abascal, arrancó en un momento de cansancio y rabia las imágenes del ordenador de Garrido, hecho por el que ha acabado imputado por un delito de odio en un juzgado de Palma, donde aseguró que si hubiera sido la fotografía de Franco también habría actuado igual.
Su fin último era salvaguardar la imparcialidad de la Mesa de Parlament, ha insistido por activa y pasiva.
El suceso le convirtió en efímero protagonista de la política nacional, y pidió perdón público por ese ataque de ira parlamentaria, al tiempo que esgrimía sin descanso la obligada neutralidad de la Mesa.
Este martes, 15 de octubre, se tenía que debatir una enmienda a la totalidad de los partidos de izquierda para paralizar la derogación de la Ley de Memoria Democrática impulsada por Vox, y la historia se ha repetido.
La portavoz de Vox, Manuela Cañadas, ha alertado a Le Senne de que las camisetas que portaban Garrido y Costa rompían con la neutralidad de la Mesa durante el debate, reclamando así que se las quitaran.
Como si fuera un 'déjà vu', el presidente del Parlament, esta vez en un tono moderado y comedido, les ha invitado a quitárselas, pero nada. Como en los toros, tras los tres avisos reglamentarios, las ha expulsado, y con ellas se han ido todos los grupos políticos de la izquierda: PSOE, MÉS y Podemos. No ha quedado nadie de la oposición.
Antes de marcharse, la izquierda ha replicado que ningún artículo del reglamento ampara la decisión de Le Senne y que las imágenes de víctimas de la represión no pueden ser consideradas tendenciosas ni indecorosas.
El portavoz socialista, Iago Negueruela, ha preguntado a los diputados si los miembros de la Mesa también deberían quitarse crucifijos si se adornan con ellos, en alusión al conocido catolicismo de Le Senne.
El portavoz de Més per Mallorca, el ecosoberanista Lluis Apesteguia, ha advertido que si expulsaba a las diputadas, también "expulsa a unas víctimas del franquismo y de la Guerra Civil", lo que ha negado con rotundidad Le Senne.
Las camisetas sí se pueden exhibir en los escaños de los diputados, pero no en la Mesa por "pura imparcialidad", ha insistido Le Senne, quien aclaró ante las advertencias de la izquierda: "Si cometo un delito, aceptaré encantado la condena".
Al accidentado pleno también han asistido asociaciones de defensa de la memoria democrática, cuyos integrantes, muy críticos con Le Senne Vox y el PP, que respalda la eliminación de la ley memorialista, han abandonado también el salón de plenos.
La derogación de la Ley de Memoria Histórica, en vigor desde 2028, volverá a ser tratada de nuevo en el salón del plenos del Parlarment balear, antiguo salón de baile de la selecta sociedad mallorquina donde también había encuentros y desencuentros, amorosos mayormente.EFE
(Foto) (Vídeo)