Ciudad Real, 15 oct (EFE).- La Policía Nacional ha detenido a tres hombres que gestionaban un prostíbulo en Miguelturra (Ciudad Real), que conformaban una estructura criminal organizada que utilizaba el engaño, la intimidación y las amenazas para controlar a las mujeres que trabajaban en el local.
A los detenidos se les imputan los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, pertenencia a organización criminal y delito contra los derechos de los trabajadores, y a uno de ellos también se le considera presunto autor de un delito de agresión sexual y violencia de género porque habría mantenido relaciones sexuales con una de las mujeres contra su voluntad, ha informado este martes la Policía Nacional en una nota de prensa.
Las investigaciones que han llevado a su arresto se iniciaron tras la denuncia de una mujer que aseguró que había sido obligada a ejercer la prostitución en este prostíbulo, que según determinaron los agentes estaba gestionado varios individuos que operaban con una estructura criminal organizada.
Esta organización criminal utilizaba el engaño, la intimidación y las amenazas para controlar a las trabajadoras sexuales, a las que en ocasiones retenían hasta la mitad del importe recaudado por cada servicio.
La víctima viajó a Ciudad Real engañada
La denunciante viajó engañada a Ciudad Real para encontrarse con uno de los detenidos, quien la convenció de que ambos mantenían una relación sentimental virtual y que podría trabajar como camarera en un local de hostelería en Miguelturra.
Fue la misma víctima la que contactó con otra amiga para que la acompañase a Ciudad Real a trabajar, donde fueron recogidas por el ahora detenido y el dueño del club, quienes finalmente les impusieron sus condiciones para terminar ejerciendo la prostitución.
Con arreglo a estas condiciones, uno de los varones acudía frecuentemente al local a exigir pagos periódicos a la trabajadora y forzarla a mantener relaciones sexuales.
La Policía Nacional ejecutó un mandamiento de entrada y registro del establecimiento, donde además identificaron a otras 13 trabajadoras sexuales, en su mayoría en situación irregular, que ejercían la prostitución en condiciones gravosas y abusivas teniendo que entregar parte del dinero recaudado al responsable del local.
Los investigadores incautaron numerosa documentación, fotocopias de pasaportes de mujeres extranjeras, pistolas simuladas de gas airsoft y cerca de 2.500 euros en efectivo.
Además, se ha decretado judicialmente la clausura cautelar del establecimiento en vista de los hechos.
Sistema que endeudaba a las trabajadoras
La gestión del club y sus trabajadoras incluía un sistema de multas para las chicas que ejercían la prostitución, de modo que, cuando una de ellas no accedía por diferentes motivos a prestar un servicio sexual al cliente, incluso por estar enferma o tener la menstruación, se les impondrían sanciones de 50 a 100 euros; generándose una deuda por parte de las trabajadoras que tendrían que devolver con nuevos servicios sexuales.
Este tipo de prácticas son habituales en organizaciones criminales dedicadas a la trata de seres humanos, ya que se genera un vínculo entre las mujeres explotadas y la organización en forma de deuda económica, que únicamente busca demorar lo máximo posible o incluso indefinidamente la salida de las chicas, y que en ocasiones supone incluso la retención del pasaporte o la extorsión o el chantaje a familiares en el país de origen, ha añadido la Policía. EFE
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