Los paraguas sustituyen a las banderas en el desfile de la Fiesta Nacional

Miles de asistentes desafían la lluvia en el desfile del Día de la Fiesta Nacional en Madrid, donde la protesta contra el presidente Sánchez se mezcla con el espíritu festivo en un ambiente de camaradería

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Madrid, 12 oct (EFE).- Miles de personas han presenciado este sábado en Madrid el desfile del Día de la Fiesta Nacional, acto central de la celebración del 12 de octubre, aunque la intensa lluvia que ha caído ha hecho que la tradicional imagen de ciudadanos haciendo ondear banderas haya sido sustituida por los paraguas.

El mal tiempo, en todo caso, no ha sido óbice para que miles de personas se hayan acercado al paseo del Prado para intentar ver los blindados, los caballos y las tropas desfilando sobre el agua que encharcaba el asfalto.

Muchos han resistido pese al temporal, aguantando en primera fila o guareciéndose bajo improvisados refugios como marquesinas de autobús, aunque también ha habido quienes han acabado desistiendo y han abandonado el paseo del Prado sin poder ver ni un ápice del desfile.

Han abundado las familias con niños o los grupos de jóvenes, ataviados con banderas de España, que han quedado para vivir juntos esta marcha, pero también quienes se han acercado haciendo de la necesidad virtud.

Es el caso de Miguel Ángel, que ha llegado a Madrid con su familia a pasar el fin de semana desde Dos Hermanas (Sevilla), según ha señalado a Efe, así que, coincidiendo el desfile con su viaje relámpago a la capital, no se podían “perder”, “pese al tiempo”, esta cita.

“No lo habíamos visto nunca. Un poco deslucido, pero bueno, vamos a ver lo que podemos ver, en el supuesto de que haya algo”, comentaba Miguel Ángel, oteando para encontrar un hueco entre la multitud de personas que han conseguido esperar estoicamente en las primeras filas tras las vallas que delimitaban el recorrido del desfile.

Los más previsores han disfrutado de vistas privilegiadas subidos a sus pequeñas escaleras o a otros utensilios como palés, y otros tantos se han encaramado a farolas o se han subido a barandillas y fuentes, no sin llevarse un susto cuando los chorros de agua han empezado a funcionar sin previo aviso para hacer que lloviera sobre mojado.

Otros tantos han deambulado de un sitio a otro intentando un objetivo complicado: refugiarse de la lluvia y hacerlo pudiendo ver la marcha.

Marta, Irene y María, uno de esos grupos de jóvenes amigas que han quedado este sábado, procedentes de diferentes puntos del país, para vivir juntas el desfile, se apelotonaban en las inmediaciones de Cibeles para intentar estudiar la situación.

“Yo vengo de Bilbao, que vine ayer, y me voy hoy, o sea que ha sido un viaje exprés. Justo ha sido para verlas a ellas” y “aquí estamos, para ver el desfile”, comenta María, haciendo un aspaviento entre medias al verse interrumpida por una salva que bien pudiera confundirse con un rayo del encapotado cielo.

Irene, que evidencia que el tiempo “no acompaña mucho”, aseguraba que no iban a cejar en su empeño de ver el desfile para después ir a comer todas juntas por el centro de Madrid.

“Pensábamos que iba a hacer mejor tiempo, pero, hombre, no nos va a parar ver el desfile. Teníamos muchas ganas de que llegara este día”, aseguraba, por su parte, Nadia, integrante de otro grupo de amigas que llevaban “prácticamente” desde el año pasado planificando el ir el 12 de octubre a ver el desfile militar.

Tras recordar con cierta añoranza que el año pasado “hizo muy buen tiempo” –“hizo hasta calor”-, las amigas lamentaban que se haya cancelado el desfile aéreo, “el más bonito” para ellas, aunque zanjaban que ello no iba a impedir que se acercaran al desfile.

Otros muchos, sin embargo, han acabado desistiendo y han decidido refugiarse en bares cercanos para ver el desfile a cubierto y a través de la televisión o en sus teléfonos móviles.

“Yo creo que aquí tienes que venir a las siete de la mañana para coger sitio”, se ha escuchado, pasado el mediodía y al calor de un humeante café, en un establecimiento de una plaza cercana en el que tampoco han faltado las quejas contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Y es que la lluvia tampoco ha impedido algo ya habitual en el desfile del 12 de octubre: los gritos contra el jefe del Ejecutivo, a quien la multitud ha pedido que dimita y le ha dedicado palabras como “Sánchez, cobarde, España está que arde”. EFE

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