El Toba se enfrenta a 98 años de cárcel en el tercer juicio por agresión sexual a menores

El frutero de Valdeavero, conocido como el Toba, enfrentará un tercer juicio por agresiones sexuales a una decena de menores, con una condena solicitada de hasta 98 años de prisión

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Madrid, 11 oct (EFE).- El frutero de la localidad madrileña de Valdeavero, conocido como el Toba, se sentará desde el próximo miércoles en el banquillo de la Audiencia Provincial para afrontar el que es su tercer juicio por agresiones sexuales a menores, y en el que se le pide la pena más elevada: 98 años de cárcel por agredir una decena de niños.

Cristóbal L.C., que regentaba una frutería en ese municipio, ya fue condenado en 2023 a 19 años de cárcel, a diez años de libertad vigilada y a no trabajar con menores durante 25, por corrupción de menores y agresión sexual a un menor.

El pasado mes de febrero fue absuelto de los delitos de abuso sexual por embaucamiento a menor de 16 años, corrupción de menores y exhibicionismo por los que estaba acusado por, supuestamente, haber solicitado a una joven de 15 años que le enviara fotos de sus genitales y ofrecerle 100 euros a cambio de sexo.

Ahora el Toba se enfrenta al juicio por la causa más grave y mediática, por la que salieron a la luz las denuncias que había contra él, en la que está acusado de agresiones sexuales a una decena de niños menores de 16 años, conocidos de sus hijos, exhibicionismo y provocación sexual.

La Fiscalía pide para él un total de 98 años de cárcel por cinco delitos continuados de agresión sexual sobre menor de 16 años con violencia o intimidación (diez años cada uno), tres delitos continuados de abuso sexual sobre menor de 16 años (seis años cada uno) y dos delitos continuados de agresión sexual sobre menor de 16 años con acceso carnal cometido con violencia o intimidación (15 años cada uno).

En concepto de responsabilidad civil le reclama 154.000 euros para las diez víctimas.

En el escrito del Ministerio Público se afirma que el acusado residía desde 2004 en Valdeavero, donde desde 2018 regentaba una frutería. Vivía allí junto a sus dos hijos menores de edad que tenían un grupo de amigos con quienes jugaban en la plaza de dicha localidad, cerca del establecimiento.

El acusado se aprovechaba de la amistad de uno de sus hijos con esos chicos para tocarles los genitales, tanto en el comercio como en su casa, donde los pequeños acudían a veces. A algunos les puso vídeos pornográficos mientras se masturbaba.

No consta que los hijos del acusado tuvieran conocimiento del comportamiento de su padre.

El frutero ha estado privado de libertad por esta causa desde el 16 de diciembre de 2020 hasta el 18 de octubre de 2021 con la prohibición de entrar y residir en Valdeavero y de aproximarse a menos de 500 metros de los menores. EFE

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