Día revuelto en la capital gallega, con caos en el tráfico y ramas en los coches aparcados

Santiago de Compostela sufre las consecuencias de la borrasca Kirk, con interrupciones en el tráfico, daños en infraestructuras y la crítica sobre la gestión educativa ante la situación extrema

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Ana Martínez

Santiago de Compostela, 9 oct (EFE).- Los restos del huracán Kirk, convertido en una profunda borrasca, han hecho aflorar la fragilidad y que sean visibles todos los desperfectos que su paso por la capital gallega ha dejado, desde el caos en el tráfico hasta los anegamientos y las ramas caídas sobre vehículos que estaban debidamente aparcados.

Circular en coche a primera hora de este miércoles por Santiago de Compostela permitía ver sucesivas balsas de agua, cortes de tráfico, pérdida de algún árbol centenario, complicaciones en las obras que hay actualmente en la ciudad por material desprendido, contenedores desplazados o tumbados, señales ladeadas, destrozos en el mobiliario urbano y movilización de algunas brigadas y operadores de redes ante interrupciones en el suministro eléctrico.

Pese a que las autoridades educativas no han suspendido las clases, han sido varios los padres que no han llevado a sus hijos a primera hora, algo que se ha notado en los colegios, y no menos son los casos en los que los alumnos han llegado tarde debido al tiempo que los vehículos han estado parados por las diferentes incidencias.

El Sindicato de Traballadoras e Traballadores do Ensino de Galicia (STEG) ha afeado a la Xunta la decisión de la Consellería de Educación, Ciencia, Universidades y Formación Profesional de delegar en las respectivas direcciones de los centros educativos de la comunidad la conveniencia de suspender o no la actividad lectiva.

"Acudir a la escuela un día como hoy ha supuesto un riesgo para la seguridad de las personas", dice esta central en un escrito enviado a la prensa, y el mensaje de ese comunicado es coincidente con el trasladado por el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, que en declaraciones a los medios de comunicación ha cargado precisamente contra la Administración autonómica por haber dejado "la gestión" de los efectos de este fenómeno meteorológico en manos de los ayuntamientos, que a su juicio se han quedado "a la intemperie"; y de los "equipos directivos de colegios e institutos".

Bajo criterio de Losada, respecto al Ejecutivo gallego, que tiene "competencias exclusivas" para hacer frente a eventos extremos como el experimentado, resulta inconcebible que las clases no hayan sido canceladas y que el transporte escolar haya circulado en unas vías "plagadas de incidencias", entre "árboles, farolas y señales caídas", y entre "arrastres de tierra" y "tramos inundados".

Más allá de las aulas, también algunas cafeterías se han encontrado con dificultades para servir churros o cruasanes a la plancha a primera hora, debido a averías en los electrodomésticos, como ha ocurrido en una próxima al hospital de Santiago donde el propietario ha pedido disculpas a los clientes y ha detallado el problema con el que se ha topado.

A la par que el gerente de ese establecimiento proporcionaba los detalles y un operario trataba de subsanar el fallo, en la televisión de ese local un informativo iba emitiendo las imágenes de acumulaciones de lluvia, intensas rachas de viento, desvíos de vuelos o notables retrasos, caudales al límite, puentes sobrepasados por la fuerza del agua y tejados cedidos, como ha ocurrido con parte de la cubierta del Conservatorio Profesional de Música compostelano y con elementos de un edificio del casco viejo.

Y ya en el Obradoiro, en el día en el que se ha conocido que el Camino de Santiago ha vuelto a superar su récord de peregrinos al sumar 447.707, un 12 % más que el año pasado por estas fechas, han abundado los chubasqueros, de todos los tamaños colores. Los exhaustos romeros, recién llegados a la meta, se han enfrentado, además, a un temporal de paraguas rotos. EFE

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